Ya va siendo hora de superar el bloqueo del escritor que causan las vacaciones de verano. ¿No te ha pasado que, después de varias semanas sin trabajar sobre un texto concreto, te cuesta horrores volver a empezar? A mí las vacaciones largas, como el verano, me traen de cabeza durante unos días. Días que necesito para retomarel ritmo con todas mis historias (quien dice historias dice cursos, blog, lista de correo,…).
No estoy hablando de un bloqueo del escritor al uso (trabajo, trabajo, trabajo y me atasco) sino de un bloqueo por distanciamiento. Algo que pasa cuando descuidamos una historia en beneficio de terminar otras tareas diferentes. Tareas que, normalmente, son mucho menos placenteras que escribir.
Hoy te voy a contar las 6 maneras que sigo para superar ese dichoso bloqueo del escritor.
El bloqueo del escritor por distanciamiento
En este blog ya te he hablado del bloqueo del escritor. Sin embargo, como te decía, este bloqueo por distanciamiento no es lo mismo que atascarse con una historia por falta de planificación, falta de desarrollo, falta de profundidad en los personajes, de la historia, falta de… Vamos, en un bloqueo creativo habitual a la hora de enfrentarnos a un proyecto de gran envergadura o de empezar de cero ese proyecto.
Ese tipo de bloqueo del escritor se suele resolver dejando pasar un poco de tiempo, enfocándolo desde otro punto de vista o diseñando un plan de actuación más o menos detallado. Si quieres saber más sobre este bloqueo típico del escritor puedes consultar mi experiencia personal en el artículo Bloqueo por desbloqueo.
De todas formas, no es ese el bloqueo al que quiero referirme aquí, sino a un bloqueo que sucede cuando no consigues volver a sumergirte en tu historia con la misma intensidad que lo hacías antes del gran parón.
Escribir es algo muy personal, pero lo que es innegable es que, cuando empiezas una historia, conviene escribir lo más seguido posible. Stephen King dice en su libro Mientras Escribo que él, al escribir un libro, no deja de escribir ni un solo día hasta que termina el primer borrador. Al principio pensaba que era una locura pero… no hay nada mejor que hacerlo así para no perder ni el hilo ni el feeling que tenemos con nuestros propios personajes y sus historias. Porque cuando nos distanciamos de la historia nos cuesta volver a empatizar con ellos y a recordar cómo se sentían en la situación en la que los dejamos.
Pero lo peor de este bloqueo por distanciamiento es que hemos perdido la perspectiva del de dónde vienen y a dónde van.
6 métodos para superar este bloqueo
Como en todo bloqueo, existen varias cosas que puedes hacer para enfrentarte a él y superarlo. Para este bloqueo del escritor concreto te propongo estos 6 métodos que utilizo yo (y estoy utilizando ahora mismo) para volver a arrancar y poner las máquinas al 100% de tu productividad habitual.
1. Volver a leer lo que llevas escrito
Es lo primero que deberíamos hacer. Releer todas y cada una de las palabras que ya tenemos sobre nuestra historia.
¡Ojo! Pero hacerlo sin el ojo crítico de nuestro yo editor. Ese molesto yo que nos obligará a pararnos coma tras coma, nombre tras nombre y expresión tras expresión para analizarla, criticarla y pedirnos a grito que la modifiquemos.
Nuestro objetivo es intentar leer nuestro texto como si fuéramos un lector externo. Para eso puedes enviar un PDF a tu eBook, móvil o tableta para no tener la tentación de corregir mientras lees.
Hacerlo no nos servirá para volver a tener a flor de piel los sentimientos de nuestra historia, pero es un acercamiento mejor que cualquier otro para empezar con ese des-bloqueo del escritor.
2. Corregir el último capítulo
Si recuerdas tu historia a la perfección (lo cual es bastante probable) y lo que quieres es meter las manos en la masa de tu proceso de escritura, lo mejor es hacer lo contrario a lo que te acabo de decir: deja salir a tu yo editor. Él se encargará de repasar hasta los detalles más íntimos del texto, las relaciones entre personajes, los nombres, tus objetivos para la historia, etc. para ir añadiendo notas y modificaciones posibles a ese texto.
De este modo te obligarás a entrar en tu historia por la fuerza.
Sin embargo, quizá estos dos métodos sean demasiado poco creativos para quitar ese bloqueo del escritor por distanciamiento…
3. Desarrollar el transfondo de tu protagonista
Es posible que ya tengas un texto que presente a tu protagonista. Quizá hasta tengas más de uno. Pero escribir sobre él y vivir su vida a través de tus propias palabras son el mejor modo de meterte dentro de su piel.
Piensa en algún detalle de tu protagonista que todavía no hayas contado o en el que no hayas profundizado. Imagina una situación anterior a tu historia y que le tenga a él (o ella) como protagonista y escribe un pequeño relato que narre sus acciones. Cómo creció, cómo llegó a encontrarse en esas situaciones, por qué lo hizo,…
Así sí que puedes saltar por encima del bloqueo del escritor y volver a estar en plena conexión con tu historia.
4. Escribe una posible continuación o precuela
Como es lógico, ya sabes cómo va a terminar tu historia y también sabes cómo y por qué empezó. ¿Qué mejor manera de volver a analizar los entresijos de la misma que escribiendo una precuela o una continuación?
Tampoco hace falta que sea otra obra maestra de miles de páginas. Con escribir unas cuantas de ellas y hables de las consecuencias que va a tener (o han generado) esta historia bastará. ¿Dónde terminará cada uno de los personajes? ¿De dónde vinieron? ¿Qué consecuencias tendrá para el mundo todo lo que están haciendo? ¿Por qué llegaron a un punto de crisis como ese?
Cualquier cosa que te obligue a desgranar cada uno de los hilos que dan vida a tu mundo.
5. Desarrolla una historia paralela
Aquí yo suelo hacer dos cosas diferentes. Por un lado, a veces, desarrollo un spin-off al estilo de las series actuales. Cojo un personaje que me guste y cuento una historia alterlativa (paralela a la que estoy contando o no) que narre sus aventuras y las implicaciones de éstas en la historia general (o debidas a ella).
Por otro lado, también hago un esfuerzo de imaginar qué hubiera pasado si…. Así que cambio algún elemento básico de la trama y veo qué es lo que pasa.
¿Qué pasaría si el malo no fuera tan malo? ¿Y si el protagonista tuviera un lado oscuro? ¿Cambiamos el final? ¿Y si…?
Un pequeño ejercicio creativo de llevar al absurdo decisiones que ya has tomado.
6. Pensar en cómo añadir una nueva subtrama
Debo reconocer que éste método lo utilizo más bien poco… Ahora entenderás por qué.
¿Cómo puedes obligarte a analizar todas las tramas, personajes e hilos que ya has diseñado? La mejor manera es verte en la obligación de tener que añadir un nuevo personaje, desarrollar alguno de los que ya tienes en mayor profundidad o crear una subhistoria alternativa que suceda a la vez que la tuya.
Ni siquiera necesitas escribir nada: solo que te obligues a hacer ese ejercicio mental de añadir algo nuevo a toda la historia. De este modo tendrás que, sí o sí, entrar de lleno otra vez en tu historia.
¿Pros? Vas a volver a repasar los entresijos de tu historia al 100%.
¿Contras? Lo más probable es que termines incluyendo esta nueva modificación dentro de tu historia, obligándote a reescribir lo que ya tienes y a añadirle complejidad a todo. Y, al final, habrás convertido tu bloqueo del escritor en un bloqueo por exceso de trabajo.
En resumen
Reengancharse a una historia ya empezada no es un proceso inmediato. Cuanto más largo sea el tiempo que dejes de escribir sobre algo, más te costará volver a involucrarte en esa historia al 100%.
Puedes utilizar cualquiera de estos 6 métodos (o todos ellos) para volver a reengancharte a tu historia pero… creo que lo mejor para no verte en esta situación es no dejar de escribir sobre tu historia hasta que la termines. De este modo nunca sufrirás este bloqueo del escritor por distanciamiento.
Eso sí, también tendrás que olvidarte de descansar de tu historia y de tus personajes.
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