Hace poco, en una de las comunidades de escritores a las que pertenezco, surgió un hilo de esos que te indignan a lo bestia.
En concreto se habló de cómo uno de los blogs más importantes de marketing online (con su increíble cantidad de tráfico) publicó un post con un listado de páginas pirata para descargarse libros. Y a mí, que soy de esos para los que escribir es mi trabajo, encontrarme con una acción tan deplorable, carente de ética y, sobre todo, ilegal; es algo que no puedo dejar pasar.
Así que hoy quiero dedicar una parte de mi tiempo de trabajo (o de sueño en este caso) para hablarte sobre escribir, la piratería y el daño que nos hace a los que intentamos vivir de nuestra creatividad y nuestro esfuerzo.
Escribir es mi trabajo
Puede que alguien no se haya dado cuenta todavía, pero escribir es mi trabajo.
Dedico todas las horas que tengo disponibles a trabajar en cualquier cosa relacionada con la escritura (que ya sabes que son muchas). Y no solo eso, sino que también dedico las horas que no tengo. Madrugadas, noches, fines de semana, festivos… cualquier rato libre es susceptible de convertirse en un momento productivo.
¡Qué exagerado eres, David!
¿Has pensado alguna vez en todas las tareas que tiene que hacer un escritor del siglo XXI? Y no me refiero a un escritor bestselleriano que vende miles de libros, sino a un escritor de ese 95% de escritores que no puede vivir de los libros que vende. Un escritor que no encaja en el perfil de una gran editorial (aunque eso tampoco implique la salvación económica) y que, como todo hijo de vecino, sigue necesitando dinero para vivir.
Ya te he hablado un par de veces sobre lo que hace un escritor 3.0 hoy en día o sobre las habilidades adicionales que necesitas además de saber escribir. Pero no sé si te haces a la idea del volumen de tareas que puede llegar a tener que realizar un escritor emprendedor. Solo, porque el dinero escasea para subcontratar a alguien que lo haga por ti.
Porque sí, aunque no te lo hayas planteado, escribir es emprender un negocio en el que el producto es tu literatura.
Escribir es emprender
Quizá todavía no veas que eso de escribir es mi trabajo tiene unas implicaciones mucho más profundas de lo que parece. Déjame planteártelo desde otra perspectiva.
Si te hablo de alguien que está intentando montar un negocio nuevo (una tienda, un producto, un servicio… lo que quieras que haga), ¿te sorprendería pensar en él como alguien que trabaja de sol a sol y sin descanso? No, ¿verdad? Porque él está creando una empresa y todos sabemos que montar una empresa es un proceso largo, laborioso y con un riesgo económico enorme.
Tiene que diseñar su plan de negocio, cubrir una serie de requisitos jurídicos/legales, montar una infraestructura (física y digital), crear una estrategia de marketing, diseñar su producto, construir una marca, atender al cliente, elaborar y analizar los informes necesarios… Un montón de tareas que tiene que realizar antes de empezar a ingresar dinero. Así que lo normal es hacerlo con la menor inversión posible. Y si puede hacerlo él mismo… mejor.
¿Qué crees que hace un escritor hoy en día?
- Diseña su plan de trabajo: fechas de publicación, objetivos de publicación, otras vías de ingreso…
- Cubre sus requisitos legales para poder ingresar dinero. Y créeme cuando te digo que en este país es difícil y caro hacerlo.
- Monta, mantiene (alimenta) y protege su propia infraestructura: su página de autor y sus contenidos.
- Se da a conocer por todos los canales de que dispone: a través de un plan de marketing.
- Diseña y construye su producto: escribe, corrige, edita, genera contenido formador, da clases… lo que sea.
- Promociona su trabajo y atiende al cliente: a través de las redes sociales y de los medios que conozca.
Y otras muchas cosas que me estoy dejando por no convertir esto en mi lista de tareas pendientes. Pero lo que quiero mostrarte es que todo eso, en mi caso, lo hago yo solo. Porque, repito, escribir es mi trabajo. Es lo que he elegido, es lo que me gusta y es lo que hago. Pero lo hago con un objetivo claro: vivir de ello. Y lo hago con mucho sacrificio, mucho esfuerzo e invirtiendo mucho tiempo (en aprender y ejecutar las tareas) y dinero por el camino.
Así que…
¿En qué se diferencia eso de emprender un proyecto empresarial al uso? EN NADA.
Por eso, cuando me entero de que algún blog asentado y con mucho tráfico está distribuyendo y potenciando la piratería… se me calienta el cerebro.
La piratería puede arruinar mi vida
Quizá a Carlos Ruiz Zafón, a Reverte, a César Pérez Gellida o a algún otro bestselleriano de nuestro país le importe poco que un porcentaje de gente se descargue su libro gratis. Bueno, importarles seguro que les importa… pero digamos que el monto total no les duele tanto dentro de su mar de ingresos. Quizá haya escritores autopublicados que vendan decenas de miles de copias y no sufran demasiado porque un pequeño porcentaje sean copias piratas. Quizá…
Como te decía, casi nadie puede vivir de lo que vende (ya te hablaré de esto en futuras ocasiones). Lo habitual es compaginar la venta de libros con otras fuentes de ingresos. Así que, en la gran mayoría de los casos sangrar un x% de esas escasas ventas por culpa de unos pocos que publicitan y promocionan la piratería de libros es una pérdida muy importante.
Porque, te repito por enésima vez: escribir es mi trabajo. Un trabajo al que dedico mi vida y un trabajo del que necesito obtener unos ingresos. ¿Acaso piensas que los escritores vivimos del aire? Ojalá fuera posible, pero no es así.
Mis libros no venden miles de copias ni gano 20€ con ellos. Ingreso 1/2€ por cada libro que vendo y, si haces las cuentas tú mismo, verás que necesito vender muchos de esos libros para poder tener unos ingresos mínimos.
Cada libro que se descarga en una página pirata es un dinero que yo dejo de ingresar. No, mejor dicho, cada libro que alguien se descarga en una página pirata es dinero que me están robando a mí de manera directa. Entenderás entonces que encontrar que un tío como ese se dedica a publicitar y potenciar que alguien me robe… me cabrea hasta unos niveles estratosféricos.
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