No suelo hacer reseñas por encargo igual que no suelo aceptar libros a cambio de reseñas. Sin embargo, con Viaje a Arcturus hice una excepción. No por la oferta en sí, sino por mi curiosidad por los clásicos y por dos testimonios que leí sobre este libro.
Uno de esos testimonios viene del gran J.R.R. Tolkien y el otro de Clive Barker.
Y son dos de mis autores favoritos.
¿Cómo iba a decir que no?
Viaje a Arcturus, un poco de historia
Lo primero que me llamó la atención al recibir la oferta del ejemplar de Viaje a Arcturus fue el hecho de que lo hubieran publicado por primera vez en 1920. Eso me hizo investigar un poco sobre el libro antes de aceptar un ejemplar.
Al leer un poco sobre David Lindsay, su autor, me encontré con varias citas de autores muy reconocidos. C.S. Lewis, Tolkien, Barker… además de Michael Moorcock o Alan Moore. Todos ellos hablando maravillas del libro.
Obra maestra, trabajo extraordinario, excéntrica… Tolkien decía que lo había leido con avidez.
¿Cómo no prestar atención a algo así?
Además, investigar sobre David Lindsay me dejó muchas incógnitas en el tintero. Por una parte se habla de él como un escritor maldito. Un hombre incomprendido con unas historias difíciles de encontrar incluso en su lengua materna.
Así que, a pesar de ser una obra de principios del siglo XIX, con una prosa recargada y alegórica, acepté el ejemplar.
No fue un libro al uso.
No es un libro al uso.
Su lectura no es sencilla y me costó bastante arrancar, pero si Tolkien, Barker, Moorcock y demás decían esas maravillas de ella… ¿cómo iba a resistirme?
El libro: Viaje a Arcturus
Como decía, su autor, David Lindsay, nacido en 1876, lo escribió después de la Primera Guerra Mundial. Eso hace que el componente filosófico sea muy marcado.
Quizá por eso gustó tanto a Tolkien y a Lewis. Por la influencia de la Gran Guerra, por cuestionarse la moralidad del ser humano, por dibujar un mundo totalmente imaginario, muy original y rico en detalles.
El caso es que, aún siendo un libro del siglo pasado, de un autor de hace dos siglos (sí, verlo así da un poco de vértigo), merece el esfuerzo.
Ficha técnica
Editorial | Defausta Editorial |
Colección | Otros mundos |
Título | Viaje a Arcturus |
Autor | David Lindsay |
Prólogo | Alan Moore |
Traductora | Susana Prieto Mori |
Número de páginas | 384 |
ISBN | 978-84-945029-4-1 |
Publicación | Octubre 2016 |
Publicación original | 1920 |
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Sinopsis
Esta novela relata uno de los viajes más fascinantes de la literatura fantástica de este siglo. En una especie de antiodisea, el héroe de este viaje, Maskull, viaja hasta el planeta Tormance, en el sistema solar de la estrella doble Arcturus, en busca de nuevas experiencias. Allí encontrará seres y lugares fascinantes, sufrirá metamorfosis corporales, descubrirá que nada es lo que parece, y mucho menos él mismo.
Una búsqueda para entender el mundo y entenderse a uno mismo, para desentrañar el sentido del bien y del mal, de la moral, del placer y el sufrimiento: filosofía-ficción en estado puro.
Opinión
Estamos ante un libro complicado de leer. Viaje a Arcturus tiene unas cuantas barreras que me van a servir para explicar exactamente qué es y cómo debes enfrentarte a él.
La primera barrera que tiene que atravesar el lector es la separación temporal de casi 100 años que nos separa del escritor. Eso hace que el estilo y la narrativa se alejen mucho de lo que estamos acostumbrados. El ritmo es más lento, las exigencias son más altas y hay ciertos aspectos morales que hoy se nos puede antojar que no tienen un peso específico muy alto.
La segunda barrera consiste en el tipo de narrativa visual y descriptiva de David Lindsay. Viaje a Arcturus es una novela en la que suceden muchas cosas que, en realidad, no pretenden engrosar la trama. Lo que el escritor busca es que pensemos, que hagamos una introspección y que además nos maravillemos con el mundo que pinta ante nosotros. El protagonista camina, ve cosas, piensa cosas y nosotros reflexionamos con él.
Ni más, ni menos.
La tercera barrera es, precisamente, esa filosofía que lo impregna todo. Una filosofía que cuestiona la moralidad del ser humano. Comprensible para un escritor que luchó en la Gran Guerra, pero que puede no impactar lo mismo a un lector del siglo XXI.
De hecho, esta filosofía me recuerda al libro Demian de Herman Hesse, del año 1919. Un clásico que, sin tener demasiado que ver, me hizo pensar en el ser humano de una forma similar a este Viaje a Arcturus. Aunque las diferencias son evidentes. El primero, Demian, habla del paso de la niñez a la madurez de Emil Sinclair, ambientando la historia en su mundo actual (de 1919), mientras que el segundo, Viaje a Arcturus, viaja a mundos imposibles con seres de fantasía más imposibles todavía.
David Lindsay pinta con detalle ese mundo, Tormance, durante el viaje en linea recta de Maskull, el protagonista. Lo enfrenta a decisiones éticas y morales, lo pone a prueba, hace que cometa atrocidades o no, según dónde o con quién se encuentre, y busca hacernos pensar sobre ellas.
Si no se disfruta con este tipo de obras introspectivas en las que, además, hay que hacer un esfuerzo notable por desentrañar qué es Tormance, quién vive en él y quién es quién en ese viaje tan extraño, Viaje a Arcturus es un claro candidato a quedarse en la pila de libros pendientes.
Sin embargo, si se disfrutan los clásicos, las visiones y pensamientos sobre la humanidad y los ejercicios intelectuales profundos, este es un libro que no te puedes perder.
Conclusión
Viaje a Arcturus es un libro extraño, muy extraño, narrado de forma particular hace casi un siglo. Su lectura puede hacerse pesada por la cantidad de información, la filosofía que impregna todos los objetivos de David Lindsay y la ausencia de un verdadero hilo conductor.
Pero si se disfrutan los retos, los clásicos y la literatura por y para la profundización filosófica, Viaje a Arcturus es un gran libro. Yo, personalmente, me encuentro a caballo entre ambas categorías y confieso que, aunque me costó leerlo, lo disfruté más de lo que esperaba.
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