En mi familia siempre ha sido muy habitual escuchar música, sobre todo los fines de semana en las comidas que hacíamos todos juntos. Pero también en el coche, en los largos viajes para visitar al resto de la familia o cualquier tarde de lectura.
Hasta llegamos a grabar una cinta (un casete, algo arcaico que muchos de los nacidos un poco más tarde que yo no han conocido) con unas increíblemente malas canciones. Un padre, una guitarra, dos niños pequeños y un micrófono, ¿no iba a ser un gran éxito verdad?
Supongo que es el gran motivo por el cual tengo relacionados todos los momentos o hitos de mi vida con una canción. Y a pesar de la cantidad de canciones que hacen falta para cubrir 30 años de historia, es escuchar cualquiera de ellas y volver a sentir lo mismo que entonces.
Vale, ¿y esta historieta a qué viene? ¿Qué tiene esto que ver con los libros? Pues a que llevo mucho tiempo dándole vueltas a una idea: ¿es posible trazar nuestra vida, nuestros recuerdos, en función de los libros que hemos leído?
Cada libro tiene su momento…
…y cada momento tiene su libro.
Todavía recuerdo el ejercicio que nos puso la profesora de lengua el primer día de clase con 15 años: escribir los libros que habéis leído este verano, los programas de radio que hayáis escuchado y otra cosa más a la que nunca llegué a contestar.
Cada libro tiene su momento y cada momento tiene su libro Share on XAquel día me concentré en todos los libros que había leído aquel curso (recordad que, en el colegio, la vida no se mide por años, sino por cursos lectivos ;)). ¿Y sabéis de qué me di cuenta? Que si, que habían sido muchísimos libros, cuentos, relatos, historias y demás, pero que eran muy pocos los que me hacían sentir algo al recordarlos.
Todo quedó ahí, en una semilla que ha tardado otros 15 años en germinar. Pero si echo la vista atrás, puedo ver con total claridad un cierto número de títulos.
Sin embargo, esto no se trata de cuantos títulos recuerdas, sino de a qué momento o sensación están asociados. Está muy bien decir que he leído Luces de Bohemia con Max Estrella, pero ¿por qué me acuerdo de haberlo leído? Simple y llanamente porque me obligaron en el colegio. Así que, aunque me acuerde de haberlo leído y pueda recordar algún detalle, es un libro que no tiene ninguna relevancia para mi.
Por el contrario, si pienso en aquellos libros para niños de Los Tres Investigadores, me acuerdo de la biblioteca de mi colegio a la hora de comer. Del silencio, de los libros manoseados y mal cuidados y del padre Abete que cuidaba aquella biblioteca de nosotros los niños.
Una vida en libros
Para no extenderme demasiado iré sólo por los hitos más importantes de mi vida, o al menos de aquellos que puedo relacionar con el libro que estaba leyendo. De mi infancia recuerdo un montón de libros que me hacían soñar, pero sin relación directa con ningún hecho.
Sin embargo el primer reto que recuerdo como un verdadero desafío y del que me acuerdo perfectamente de la relación vida vs libro fue El Nombre de la Rosa: 13 o 14 años, un puberto lleno de hormonas, con mucho que demostrar y poco control de sí mismo, una profesora hablando del libro, yo interrumpiendo porque lo tenía en casa y podía leerlo y ella contestando que era demasiado pequeño para comprenderlo. ¿Me seguís? Sí, me costó un poco, pero obviamente me lo leí en muy poco tiempo, para poder darle en las narices, pero también lo disfruté.
Y a partir de ahí una enorme de lista de libros relacionados con algo:
1. El Hobbit
No porque me acuerde de leerlo, sino porque se lo dejé a un amigo en verano y me lo devolvió bastante dañado. Ahí aprendí que me gustan los libros físicos y no soporto que se traten mal.
2. El Señor de los Anillos
Los posters y los libros en la librería de mi primo mayor. Una otitis de caballo un verano con 14 años. Un disco que me da vergüenza recordar. Y un sinfín de sensaciones al leer cada capítulo de ese magnífico libro y la necesidad de releerlo para poder volver a sentir lo mismo otra vez. Pero no, nunca volvió a ser igual.
La vorágine de libros de fantasía épica que siguieron a ESDLA – las sagas de la Dragonlance, sagas de reinos olvidados (Elminster, Drizzt, …), crónicas de Belgarath, crónicas de Mallorea, …. Todos ellos para buscar la magia de otros mundos, otras batallas, otras historias. Historias que acompañasen una imaginación desbocada por la adolescencia y unas batallas que siguieran mi manera de ver el mundo de aquellos años. Historias para buscar la magia y las sensaciones de ESDLA.
3. La Fundación
Mi pasión por lo desconocido, por otros mundos, por imaginar qué hay más allá. Mis incómodas preguntas a profesores y mi sensación de aislamiento y placer al leer a Hari Seldon y su psicohistoria.
4. Los pilares de la Tierra
El primer libro que me tuvo una noche entera sin dormir. El primero de los que me he leído del tirón (salvo las primeras páginas). Y ¿por qué? 16 años, romanticismo, hormonas… el primer desamor.
5. En las Montañas de la Locura
y todo lo demás de Lovecraft. Oscuridad para cotrarrestar mi propia oscuridad interior.
6. El Pozo y el Péndulo
de Poe – Más de lo mismo que antes, pero por otro quién y otro por qué.
Cambio de etapa
Fin de una adolescencia muy ajetreada, como tiene que ser. A partir de ahí las lecturas se volvieron un poco más sesudas, con mucha ciencia ficción de por medio, salpicada por unas cuantas historietas románticas.
7. La saga de Dune
Y mi sentimiento de aquel entonces de ser único, de que nadie me comprendía. De querer ser como Paul Atreides y surcar las arenas siendo un gusano inmortal.
8. La saga de Pórtico
Y un verano inolvidable con 17 años, en el que una crisis existencial dio un giro increíble a mi vida.
9. La Sombra del Viento
Siguiente verano. Segundo libro que me leí del tirón. Este de verdad, de 15:00 a 23:00, sin levantarme del sillón. Al principio por cabrearme con mi familia por alejarme de dónde quería estar y después por verdadera pasión por la historia.
10. El Criptonomicón
La carrera, Ingeniería de Telecomunicación, un nuevo mundo de números, fórmulas y señales, acompañado por un libro del mismo estilo.
11. Duma Key
Libro de terror que recuerdo con cariño por haberlo comprado y leído durante mis primeras vacaciones con mi, por aquel entonces, novia.
12. La Torre Oscura
Una saga de libros que me acompañó el último año de carrera, a las puertas de otro de los grandes cambios en mi vida.
13. El Nombre del Viento
Otro de los libros del tirón, pero muy este especial por haberlo comprado justo antes de cambiarme de ciudad y empezar a vivir con mi novia.
Llegamos a 2010
Y ya vamos por 2010 :). Nueva ciudad, nueva casa, nueva vida y nuevo trabajo. Un trabajo increíblemente absorbente y, por qué no decirlo, apasionante en su momento. Leí poco, muy poco, pero recuerdo 2011 por una única saga de 20 libros:
14. La Rueda del Tiempo
Una increíble y apasionante historia de tres chicos. Tres chicos, 20 libros (o 13, depende de la edición). Miles y miles de páginas de una espectacular epopeya fantástica, con muchas complejidades políticas y socioculturales. Y sobre todo, con una crisis interna en los tres protagonistas que pasan de ser unos críos a ser… bueno, eso tendréis que descubrirlo vosotros ;). Pero ¿por qué lo recuerdo? Porque el trabajo, las horas, el estrés y el agobio hicieron que perdiera las ganas por hacer nada que no fuera trabajar (¿paradójico eh?), así que abandoné la saga en el libro 17/20 a finales del 2011.
Dos años después, con una situación laboral idéntica pero una mentalidad diferente, conseguí terminarla. Pero empezándola desde 0 otra vez, algo muy paralelo a mi vida de esos años.
Y ya está
Ese es el resumen de una vida de 30 años vista desde los libros que he leído. ¿Os habéis parado a pensar alguna vez en qué libros os definen?
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