Pocos son los libros de los soy capaz de hacer una reseña completa sin siquiera tenerlo delante.
Y El hobbit es claramente uno de ellos.
Sé que no soy el fan nº1 de J.R.R. Tolkien, pero creo que podría estar entre el 10% de aquellos que más han leído y releído sus obras (principalmente El hobbit, El Señor de los Anillos, El Silmarillion.
Aprovechando el estreno de la película El Hobbit: La Batalla de los Cinco Ejércitos me gustaría escribir mi opinión sobre este maravilloso libro y sus no tan afortunadas versiones cinematográficas.
J.R.R. Tolkien
John Ronald Reuel Tolkien (a.k.a. J.R.R. Tolkien) nació en el año 1892 en Sudáfrica y murió en 1973 en el Reino Unido. Su vida, muy muy muy resumida (ya que la versión extendida podría abarcar páginas y páginas), podría describirse como la de un estudiante y profesor de filología inglesa, extremadamente religioso (católico) y excombatiente de la Primera Guerra Mundial.
Son tres de las claves para comprender un poco la mente de este imaginativo escritor: filólogo, católico y marcado por la Gran Guerra, una de las más sucia que hayan tenido lugar en este mundo. No quiero entrar en un debate filosófico sobre el por qué de sus obras, pero cualquiera que haya leído sus libros podrá ver muchas similitudes entre la religión, las marcas de la Gran Guerra y sus ambientaciones y personajes. Temas como las batallas entre orcos y humanos, las historias de fidelidad, honor, supervivencia y la lucha constante entre el bien y el mal son claros ejemplos que pueblan sus libros.
Por poner uno concreto, una de las citas más famosas de este autor, que refleja esta aversión es:
«Muchos de los que viven merecen morir y algunos de los que mueren merecen la vida ¿Puedes darles la vida? Entonces no te apresures a la hora de dispensar muerte o juicio»
J. R. R. Tolkien
Y, como muy bien citó un artículo sobre su vida de hace ya algún tiempo:
«[…]Tolkien jamás volvió a la Gran Guerra, rechazó todas las medallas que se le otorgaron por haber participado en ella y se negó a cobrar su pensión por incapacidad, alegando que era deshonroso recibir dinero por haber defendido a su país. Un patriotismo que refleja en los personajes de su obra»
Fuente El Mundo.
El origen de El Hobbit
El cómo surgió la idea de El hobbit de Tolkien tiene una de esas curiosas historias que nos han marcado a muchos. Una de esas historias que es difícil repetir.
En 1930, mientras corregía unos exámenes de sus alumnos, tuvo una breve idea que quedó anotada en uno de aquellos exámenes:
“In a hole in the ground there lived a hobbit”, que traducido al español: «En un agujero en el suelo vivía un hobbit».
Y ya está señoras y señores, ese es el orígen de una de las sagas fantásticas más ambiciosa y compleja de todos los tiempos. Una simple frase escrita en un folio en blanco.
Aunque, sin desmerecer la increíble fuerza que tuvo una sola frase, después de escribirla llegaron meses y meses de trabajo muy duro: fue imaginando y dando forma lo que sería la Tierra Media y todos sus personajes y razas (e incluso empezó a crear los idiomas de cada uno de ellos). Y todo ello, a partir de aquella sencilla frase.
Sólo después de haber terminado de hacerse una idea (entended que su idea fue un universo completo, con su estructura, distribución, razas, facciones, …) del mundo en el que quería ambientar su historia, y con el principal objetivo de entretener a sus hijos, escribió El hobbit (primera publicación el 21 de septiembre de 1937).
Es por esto que el tono de este primer libro es mucho más infantil que el tono con el que luego escribió El Señor de los Anillos, y totalmente distinto del tono pseudo historiador con el que escribió el Silmarillion.
Y ahora sí, un breve análisis del libro en si.
El Hobbit
Este libro tiene algo mágico, y es una narración fluida de una enorme mezcla de nombres, criaturas, monstruos, razas y lugares inventados por Tolkien, que en ningún momento te hacen sentir abrumado. Simplemente están narrados de manera tan natural que no llegas al punto de ¿de qué me está hablando?, me he perdido.
Además hay que destacar la capacidad que tenía Tolkien de describirte los lugares y los paisajes de sus libros. Aunque también es verdad que esta es una de sus mayores pegas, pero sobre todo en El Señor de los Anillos, no en El hobbit.
El libro empieza con un desayuno. Ese desayuno con el que empieza todo es tan frustrante (si te pones en la piel de Bilbo) como gracioso, y es una de las dos maneras de presentar personajes que utiliza Tolkien en este libro que me encantan. A partir de ahí, conociendo ya a los 12 enanos, al hobbit y al mago, todo se convierte una serie de acontecimientos frenéticos que no te dejarán levantar la cabeza del libro: tienes un hobbit, enanos, trolls, elfos, trasgos, arañas, águilas, humanos, un mago y un dragón en tan sólo… ¡300 páginas! ¡Qué más se puede pedir! Pues un cambiapieles, Beorn, el hombre oso.
Y aquí es donde entra la segunda presentación de los enanos, de la mano de un brillante diálogo mantenido entre Gandalf el mago y Beorn en la puerta de su casa a mitad del libro. Un diálogo incremental en el que intentan engañar al oso con el número total de enanos que viajan juntos.
El grupo que acompaña a nuestro protagonista (Bilbo Bolsón) es atacado media docena de veces antes de llegar a la montaña donde están Smaug (el dragón) y su tesoro. En cada ataque que sufren, los enemigos son criaturas diferentes, y en cada situación se salvan de las maneras más increíbles (aunque la mayoría hayáis leído o visto las películas, prefiero no dar ningún detalle).
Y no podemos olvidar que es en este libro dónde Tolkien incluyó la semilla de lo que sería El Señor de los Anillos: el Anillo Único. Un pequeño aro de oro que dio lugar a la saga fantástica más grande de todos los tiempos (que no más larga, para eso ya tenemos la Rueda del Tiempo de Robert Jordan).
En definitiva, es un cuento increíble que tanto jóvenes como adultos deberían leer al menos una vez en sus vidas. Indispensable en casi todas las bibliotecas, pero sobre todo en cada biblioteca fántastica que se precie.
Adaptación cinematográfica
Y ya basta de soltar alabanzas hacia todo lo referente a El hobbit. Desde que Peter Jackson hiciera las películas de El Señor de los Anillos, se ha creado todo un mundo de marketing y de merchandaising abrumadoramente absurdo alrededor del mundo Tolkien.
Sinceramente, me parece que han explotado este filón con el único objetivo de hacerse de oro, quitándole mucha de la magia que tenía antaño. Hoy no voy a entrara a criticar El Señor de los Anillos, pero ya lo haré en un futuro no muy lejano.
Películas vs libros
Hay que tener en cuenta, que primero fueron los libros y luego las películas. Y nos guste o no, la imaginación de cada uno de nosotros se imagina los personajes y todo lo demás a su manera. Pero ahora, todos nosotros tenemos una visión completamente sesgada de estos libros: ponemos cara a los protagonistas, les ponemos voz, gestos y un sin fin más de detalles.
Puede que a muchos os guste, pero a mi personalmente me ha destrozado los libros. Ya no soy capaz de leerlos y de abstraerme del tono de payasos cómicos que les ha dado Peter Jackson a los enanos. Ni de las relaciones tan cuestionables que se inventa para dar vida a las películas.
Pero esto es una opinión totalmente personal y subjetiva. Una pequeña pataleta por no ser capaz de leer ninguno de esos 4 libros de nuevo y recordar lo que sentí la primera vez que lo hice.
¿3 películas para el hobbit?
Vamos a ver. Hicieron 3 películas de 3 libros (El Señor de los Anillos) más gordos cualquiera de ellos que El hobbit. ¿Y ahora van y hacen el mismo metraje para un 15% de ese contenido? Increíble.
Señores, son 290 páginas de libro creo recordar. ¡290! ¿Y nos plantan 9 horas de película? La historia no da para tanto. Pero lo peor no es que, para rellenar los huecos hayan decidido sacarse de la manga historias nuevas, romances inexistentes o cameos de personajes que no deberían estar ahí. Ni siquiera es lo peor el hecho de que las dos primeras películas terminen con un ¿esto era todo? ¿dónde está mi desenlace? O que otro de los magos (Radagast) aparezca como un fantoche con caca de pájaro en la cabeza.
No, lo peor es que vuelva a hacer de los enanos una raza cómicamente absurda (cualquiera que haya leído suficientes libros de fantasía sabrá que son todo menos unos payasos), y que haga una película entera de… una página del libro. Porque, podéis mirarlo vosotros mismos, la famosa Batalla de los Cinco Ejércitos dura una cara del libro:
Llegan los ejércitos, Bilbo se pone el anillo, un caballo le golpea y cae inconsciente. Fin
¿Qué os parece a vosotros?
No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido
J.R.R. Tolkien
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