Hace poco retomé la lectura de la saga de fantasía clásica de Elric de Melniboné. Su primer libro, Elric de Melniboné, con el mismo título que nombre tiene su protagonista, me pareció bastante bueno. Algo desfasado por las décadas que han pasado, pero un must read para amantes de la fantasía.
Con este segundo libro, La Fortaleza de la Perla, que sigue narrando las aventuras y desventuras de Elric, no tengo tan claros mis pensamientos.
El autor: Michael Moorcock
Si queréis saber más sobre su vida, os invito a leer mi reseña anterior (aquí). Lo que hoy quiero destacar antes de hablar del segundo libro de la saga, La Fortaleza de la Perla, no es su vida en sí, sino algo que no mencioné en mi primera reseña.
Michael Moorcock nació en 1939, publicó el primer tomo de Elric en los años 70 (1972 para ser exactos) y no fue hasta 1989 que publicase el segundo, La Fortaleza de la Perla.
Lo extraño es que el tono del libro, su narrativa, bien podrían ser de un libro medio siglo más antiguo. Su regusto, su sabor, me recuerda demasiado a los libros experimentales de principios del siglo XX, como Viaje a Arcturus (reseña aquí) de David Lindsay.
De hecho, he terminado el libro pensando que estas fueron sus primeras obras, publicadas en torno a los años 50 o 60 e influenciadas por esas corrientes de los años 20/30.
Pero no es así.
El libro: La Fortaleza de la Perla
Como decía, este libro tiene un sabor añejo. Quizá el hecho de que lo esté comparando con la narrativa de principios del siglo XX ya os esté dando la información que necesitáis.
Sin embargo, si sois amantes de los libros de fantasía o de las sagas de fantasía, tenéis que seguir leyendo un poco más.
Ficha técnica
Editorial | Edhasa |
Título | La Fortaleza de la Perla |
Autor | Michael Moorcock |
Saga | Crónicas de Elric de Melniboné |
Traductor | José María Pomares |
Número de páginas | 384 |
ISBN | 978-84-350-1878-4 |
Publicación | Junio 2010 |
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Sinopsis
Una vez que Elric le hubo contado sus tres mentiras a Cymoril, su prometida, y hubo puesto a su ambicioso primo Yyrkoon como regente en el Trono de Rubi de Melniboné, emprendió el camino hacia tierras ignotas, para buscar un conocimiento que estaba convencido le ayudaría a gobernar en Melniboné como nunca antes había sido gobernado.
Pero fue en la ciudad de Quarzhasaat, en pleno desierto, donde se inició la aventura que ayudaría a establecer el curso de su misterio durante años…
Opinión
Esta Fortaleza de la Perla es un libro contemplativo, filosófico y onírico. Si en su primera parte Elric de Melniboné daba vueltas por el mundo, luchaba y sufría aventuras mientras tenía disquisiciones mentales sobre el bien, el mal y la justicia, aquí parece que la aventura decae en favor de esas disquisiciones.
Esta Fortaleza de la Perla es un libro contemplativo, filosófico y onírico. Share on XEn esta historia, Elric viaja por los Reinos Jóvenes en busca de una justicia que le ayude a gobernar con más sabiduría. Ese deambular le lleva hasta un país anegado por la arena, hasta una ciudad que se aisló así para resistir el ataque de Melniboné en el pasado.
Sin embargo, Elric llega allí medio muerto. El todopoderoso Elric de Melniboné.
A partir de aquí, cuando le encargan buscar La Fortaleza de la Perla, toda la acción se pausa para dedicarnos casi en exclusiva a escuchar los pensamientos de Elric.
Los mundos, los paisajes y los personajes circulan a su alrededor como si fueran hojas al viento. Nada importa, nada tiene sentido. Las cosas vienen y van con la aparentemente única excusa de proporcionarle a Elric material para divagar.
Y ni siquiera sus pensamientos transmiten emoción alguna. La narrativa es totalmente descriptiva, pero descriptiva y sintética. Ni siquiera nos cuentan por qué debemos respetar a otro personaje o por qué, de pronto, Elric siente un gran respeto por él. Michael Moorcock simplemente nos dice «ahora le respeta», y nosotros le tenemos que creer.
Estos tres ingredientes (obra contemplativa, escenarios y personajes irrelevantes y pensamientos sin emoción) han conseguido que me haya aburrido mucho leyendo La Fortaleza de la Perla.
Hasta que, de pronto, en las últimas 20 páginas Elric desenfunda la espada y… No quiero hacer spoiler, pero el final, además de predecible desde casi el principio (cosa que, como digo, da igual, porque lo que a Moorcock le importa son los pensamientos de Elric, no la acción), es… inverosímil.
Toda la historia de La Fortaleza de la Perla tiene un motor inverosímil. Todas las motivaciones de Elric para hacer lo que hace son inverosímiles. Y si al final es capaz de hacer lo que hace… ¿por qué no empieza por ahí?
En definitiva
Dejaré de leer a Michael Moorcock por un tiempo. Lo haré, además, en el mismo libro que lo dejé la otra vez. Con la diferencia de que la primera no fui capaz de terminar La Fortaleza de la Perla.
Si os gustan las novelas contemplativas, filosóficas y con poca acción (o acción irrelevante con la trama), este libro os gustará.
Si queréis explorar otras corrientes de la fantasía, libros clásicos que asentaron ciertas bases, también os gustará.
Si queréis fantasía emocionante, con acción y personajes vibrantes… me temo que La Fortaleza de la Perla se os quedará corto.
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