La semana pasada escribí un artículo sobre alimentación espacial y te hablé de cómo la raza humana podría enfrentarse a viajes espaciales de alta duración sin morir en el intento. Sin embargo, como ya te dije en ese artículo, los métodos de alimentación en el espacio que te expliqué eran bastante… ordinarios.
Así que hoy voy a continuar con el tema de la alimentación en el espacio desde un punto de vista mucho más original e imaginativo.
La alimentación en el espacio (primera parte)
Aunque te invito a leer por ti mismo la primera parte de este artículo (Cómo escribir ciencia ficción creíble: Alimentación espacial (I)), aquí tienes un breve, brevísimo, resumen de su contenido:
- Cuando hablo de alimentación en el espacio me refiero a viajes de gran duración. Por ejemplo: viaje a Marte con la tecnología de hoy en día (2/3 años de ida y vuelta).
- La alimentación en el espacio no solo es necesaria por su aporte nutricional sino por los beneficios psicológicos que tiene el acto de comer en nosotros.
- Obviando los retos de peso, emisión de gases, equilibrio de masas, radiación,… las técnicas actuales de alimentación en el espacio podrían ser:
- Raciones concentradas
- Cultivos internos
- Biosferas sostenibles
Todos los métodos propuestos tienen una base científica real (y experimentos que los apoyan), aunque también sufren de ciertas carencias que podrían no hacerlos suficientes.
Por tanto… ¿qué métodos de alimentación en el espacio (más o menos) reales y realistas nos quedan por analizar?
Alimentación espacial original
Si en el artículo anterior hablaba de ciertos retos para conseguir alimentar a nuestros astronautas durante largos periodos de tiempo, ahora voy a introducir (al menos) un elemento mucho más innovador en la ecuación.
El objetivo de estos métodos es afrontar los problemas anteriores (peso, diversidad alimenticia, efecto psicológico de la comida, coste,…) de una manera transversal. En definitiva, en vez de enfrentar el método de manera directa y a lo bruto lo que intentan es soslayarlo de alguna manera.
Todos los métodos propuestos a continuación podrían ser viables en teoría, pero no se ha probado su usabilidad a largo plazo.
4. Hibernación
¿Para qué preocuparse por la alimentación en el espacio si puedes… no alimentar a tus astronautas? La hibernación no es un mito, aunque su investigación esté en pañales. A fin de cuentas, ¿cómo justificas y convences a un paciente para que pase 200 días en hibernación? Y un poco más allá… ¿es legal, ético o moral hacerlo?
Sin embargo, omitiendo los problemas morales, la hibernación es una solución muy atractiva para enviar astronautas en misiones largas. Uno de los mayores problema de los viajes largos (además de la radiación, el combustible, la propulsión, la resistencia a microimpactos, la…) es la cantidad de alimento que puedes conseguir durante el trayecto o llevar contigo. Un problema en cuanto a peso, coste, durabilidad, nutrición,… Por tanto parece lógico pensar que si los astronautas no necesitan comer durante la mayor parte del viaje todos ganamos en el proceso.
Además, este método conllevaría una reducción increíble en el tamaño de la nave. Al fin y al cabo, nadie va a vivir en ella demasiado tiempo, por lo que puedes eliminar muchas instalaciones y minimizar otras.
Pero aquí entran dos consideraciones extra que todavía no se han estudiado. Primero el impacto en la salud del paciente al someterse a una hibernación hipotérmica con alimentación parenteral durante (digamos) 400 días. Su musculatura habría estado inactiva casi un año y necesitarían rehabilitación post hibernación o durante la hibernación.
Y segundo el hecho de que una nave tenga que sobrevivir de manera totalmente autónoma durante ese mismo periodo de tiempo. Bueno, autónoma o controlada desde la propia Tierra (con el retardo y las dificultades que eso supone).
¿Es viable este tipo de alimentación en el espacio? A priori parece que sí, pero falta todavía mucho por estudiar en el campo de la hibernación y la automatización de procesos.
5. Hipnosis
Si las cápsulas insípidas y aburridas que utilizan los astronautas como alimentación para el espacio son el problema, teniendo en cuenta que son un problema psicológico y no fisiológico… ¿por qué no convencer a los astronautas de que están disfrutando una verdadera comida? Nada como engañar a la mente para mantener sano el cuerpo.
No soy muy partidario de la hipnosis (en ninguna de sus formas), pero al parecer los resultados son muy positivos en los ámbitos del sueño y la alimentación. Por lo que una opción interesante para solucionar este problema de alimentación en el espacio sería enseñar a los astronautas a autohipnotizarse o enviar en la misión a alguien capaz de hacerlo por ellos. Se les haría vivir el acto social de comer y se les haría creer que están ingiriendo sabrosos alimentos que sacian sus necesidades psicológicas (mientras que, en la realidad, comerían insulsas cápsulas de nutrientes).
Con esto ahorraríamos espacio de almacenaje, peso total de la carga y otra serie de problemas relacionados.
Sin embargo, hay problemas bastante más importantes. El primero sería lo que yo llamo resistencia al hipnotismo. ¿No terminarían siendo incapaces de ser sugestionados a un estado de hipnosis? Ten en cuenta que se les estaría hipnotizando tres veces al día durante 400 días… eso son 1200 sesiones de hipnotismo en una sola persona. Y en cuanto alguien falle y no reciba los efectos beneficiosos del hipnotismo… no voy a decir que vayas a tener un psicópata a bordo aunque…
Además, ahora habría que llevar a un experto hipnotizador en el equipo (al estilo del agricultor en las biosferas). Ese experto no sería hipnotizado y tendría un dominio extremo sobre el resto de la tripulación. No sé qué piensas tú de esto… pero no creo que el resto reciban de buen grado una división así de los roles a bordo.
¿Es viable este tipo de alimentación en el espacio? Yo diría que sí, pero que tiene demasiadas posibilidades de fallo (humano). Tantas que mi tentación natural es decir que hay más ficción que ciencia en una idea así.
6. Minería espacial
Ahora sí que me vais a permitir utilizar un poco de ciencia ficción para resolver este problema de alimentación en el espacio. Porque, ¿qué es la comida sino secuencias concretas de átomos de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno? Bueno, y algún otro elemento extra en pequeñas cantidades.
Y, ¿qué son los meteoritos sino enormes bolas compuestas de esos elementos primordiales?
Bastaría con disponer de una fábrica capaz de transformar esos elementos CHON básicos en comida. Una fábrica que conocí por primera vez en la saga de Pórtico de Frederik Pohl y que he seguido viendo de manera regular en la literatura de ciencia ficción.
Sin embargo, en una sociedad avanzada capaz de transformar materia, construir materia y/o modificar los genes de cualquier cosa, no parece descabellado pensar que se podría terminar consiguiendo una fábrica de este tipo.
Eso sí, ahora los viajes no se realizarían en línea recta. Esta alimentación en el espacio exige que viajemos de fuente de alimento en fuente de alimento (ya sean fábricas en el espacio o pequeños asteroides que deban ser cosechados durante el camino). Por tanto, además de complicar los cálculos necesarios para viajar, obligarían a que la duración (y por tanto la propulsión, sistemas vitales, peso y demás) fuera bastante superior al viaje en línea recta.
¿Es viable este tipo de alimentación en el espacio? No lo creo, al menos a medio plazo. Aunque su base es razonablemente sólida y te puede permitir utilizarla en tus historias.
7. Robótica y genética
Y ahora sí que voy a caminar en las imaginativas aguas de la ciencia ficción.
Si alimentar a los astronautas es un problema y asumimos que los astronautas no son necesarios durante el viaje… ¿por qué no dejar de enviarlos como tales?
Ah, sí, perdona, que el objetivo es colonizar un planeta. Y para eso sí que necesitamos astronautas… ¿o no? Podemos cargar una nave con embriones congelados, llenarla con tecnología capaz de viajar, tomar decisiones, aterrizar, cultivar esos embriones y dejarlos a su aire. El periodo de crecimiento de los embriones podría estar acelerado (ya que tenemos robots capaces de hacer todo lo que necesitamos, tecnología de desarrollo de embriones fuera del útero materno y demás, no es descabellado pensar que podemos hacer el resto). Si no lo estuviera, necesitaríamos de (al menos) quince años para criar, cuidar y educar bebés con unos simples robots…
Pero oye, esto es ciencia ficción, puedes escoger el camino que desees :-). Eso sí, tienes que tener en cuenta que estaríamos enviando seres humanos a otro planeta sin posibilidad de volver a nosotros. Y muy posiblemente a una muerte segura…
Ahora sí que tenemos un problema ético.
¿Es viable este tipo de alimentación en el espacio? Definitivamente no. Aunque la verdad es que, de las siete, a mí es la que más me gustaría utilizar en una historia.
En resumen
Además de los métodos tradicionales existen otras técnicas que, aunque no parezcan útiles o viables para permitir la correcta alimentación en el espacio, podrían servir para facilitar la supervivencia de nuestra raza en el espacio.
Es más, no hay que dar por supuesto que una idea (por absurda que parezca) sea imposible de llevar a cabo. La hipnosis es viable, la hibernación es viable,… y todo eso son elementos más propios de la ciencia ficción. De hecho, ya que he hablado de robots… ¿por qué no enviarlos a ellos primero? Que construyan una colonia, que la abastezcan y ya iremos luego nosotros a mesa puesta… ¡Ah sí! No podemos, porque no tenemos a esos robots.
Mientras la humanidad termina de perfeccionar y desarrollar maravillas que nos permitan viajar tendremos que conformarnos con la alimentación en el espacio que propuse en mi primer artículo.
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