Casi de manera natural las obras de ciencia ficción tienen cierta obsesión con incluir megacorporaciones malignas dentro de sus esquemas.
Sí, es cierto que hay muchísimas novelas, películas, series, videojuegos,… que no hacen uso de esta increíble encarnación del mal. De hecho, tampoco es que siempre que se introducen en una historia sean malignas, destructivas u horrorosas.
Pero no me negarás que muchas de las historias de ciencia ficción que te gustan tienen un elemento corporativo importante (megacorporaciones, franquicias, gobiernos, ejércitos…).
En nuestro afán por luchar contra el orden establecido, en nuestra vendetta contra el opresor y en nuestra manía por imaginar futuros con perversas figuras de poder que intentan convertir la Tierra en su campo de juego, siempre solemos crear algún tipo de megacorporación para nuestra historia. Yo mismo empecé hace mucho con un primer manuscrito en el que diseñé una megacorporación completa. Con sus divisiones de investigación, ingeniería civil, biología, militar,… una de esas megacorporaciones alucinantes que tienen más poder que el propio gobierno.
Así que hoy te voy a hablar de cómo y por qué diseñar una de estas megacorporaciones. Y además, debido al placer que me causa hablar de ellas… también voy a regarlo todo con una buena dosis de las megacorporaciones más conocidas e importantes en el mundo de la ficción.
Qué son las megacorporaciones
Las megacorporaciones, ya sea en la ficción o en la realidad, son conglomerados de empresas que tienen un monopolio (parcial o completo) en uno o varios mercados. Y digo mercado porque especificar más sería cortarle las alas a la idea. Tecnología, comunicación, finanzas, alimentación, minería, energía, genética,… cualquier campo es susceptible para ser dominado, controlado y pervertido por una megacorporación.
De hecho, a día de hoy también tenemos muy buenos ejemplos de qué podría ser una megacorporación de las que te voy a hablar más abajo. Es más, puedo destacar dos que, curiosamente, fueron dos clientes para los que trabajé dentro del mundo de la consultoría: Unilever y Diageo.
Como… ¿que no te suenan? Déjame que te refresque un poco la mente: Unilever es la madre de marcas de consumer goods (productos de consumo) tan conocidas como Axe, TRESemmé, Timotei, Mimosin, Skip, Dove, Rexona, Frigo, Ben & Jerry’s, Calvé,… y Diageo es el padre de todos los alcoholes. Bueno, de todos no, pero de un porcentaje muy significativo: Johnnie Walker, J&B, Cardhu, Baileys, Tanqueray, Gordon’s, Cacique, José Cuervo,… y Guinness.
Vamos, que cuando compras algo para tu casa (limpieza e higiene principalmente) o sales de copas le estás dando tu dinero a una de esas dos megacorporaciones.
Pero como sé que tú, lector de este blog, tienes también un cierto bagaje en el mundo de los videojuegos, el cine y la literatura. Y ahora que van a estrenar la sexta película de Resident Evil… es posible que pienses en Umbrella Corp. como ejemplo. Una de esas megacorporaciones que está claro que puede poner el mundo patas arriba solo porque se levanta con el pie torcido.
Aunque será mejor que, antes de extraer las conclusiones de qué deben tener estas megacorporaciones para triunfar, hablemos de las más relevantes en el mundo de la ciencia ficción. O, al menos, de las que a mí me han parecido muy relevantes.
10 Megacorporaciones conocidas
Dejando a un lado Umbrella Corporation (por su insidiosa manía con crear zombis y cosas peores) estos son algunos buenos ejemplos que puedes utilizar para inspirarte y construir tu propia megacorporación. Como siempre, he ordenado esta lista de megacorporaciones por su fecha de aparición, dejando de lado cualquier preferencia personal:
- Rosen Corporation – Es la empresa dedicada a crear los androides avanzados (replicantes) a los que da caza el cazarecompensas Rick Deckard en el libro ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (Tyrell Corporation en la versión cinematográfica Blade Runner). Un claro ejemplo de empresa centrada en el beneficio propio, sin importar el impacto que puedan tener en la sociedad o en sus propias creaciones.
- ENCOM – Una de las megacorporaciones más punteras y avanzadas que tenemos. No tanto por lo que hace (videojuegos, computación, digitalización, software,…) como por la temprana época en la que fue creada (años 80). ¿Todavía no sabes dónde has visto ENCOM? Si te digo que es la primera empresa en introducir a un ser humano dentro de la memoria de un ordenador… ¿tampoco? Entonces te diré cuatro letras: TRON. ENCOM es la empresa sin escrúpulos que roba las patentes de ciertos videojuegos y genera un monstruo digital como el que encontrarás en la película original.
- Megacorporaciones varias (William Gibson, Neuromante) – El padre del subgénero de ciencia ficción conocido como ciberpunk (del que nos hablarán pronto en el blog). William Gibson fue el primero en dar nombre a estas megacorporaciones. También las utiliza hasta la saciedad en los futuros distópicos que plantea. En ellos el planeta está dominado por esas megacorporaciones que están por encima de la ley. Futuros oscuros en los que la población se ve obligada a sufrir su opresión, sus reglas y su falta de ética y de moral.
- El Gran Hong Kong de Mr. Lee – Neal Stephenson (otro de los padres del ciberpunk) diseñó un mundo en el que el gobierno en sí no tenía poder alguno. Ese gobierno había ido cediendo sus competencias ante franquicias, megacorporaciones o, directamente, mafias que controlan porciones del país a su gusto y placer. Cada barrio tiene su propia franquicia que tiene el dominio total de lo que sucede dentro. Y para poder ser libre y escapar de ellos, lo único que tienen las personas es un metaverso digital en el que esconderse y vivir una vida distinta a la real.
- Union Aerospace Corporation – No me puedo resistir al hecho de incluir la UAC en este artículo. No es que sea una de esas megacorporaciones con una historia alucinante y que han dado pie a algunas de las obras de la ciencia ficción más importantes que haya pero… ¿creciste jugando al Doom? Me refiero al primer Doom, el de 1993 (el que ocupaba 5 disquetes), pixelado hasta decir basta. Pues bien, su historia supone que una compañía (la UAC) posee el monopolio espacial y realiza multitud de experimentos clasificados y de dudosa ética y finalidad. Uno de estos experimentos, el teletransporte o viaje interdimensional, es el que da lugar a la historia del juego. Porque, básicamente, traen el infierno a la Tierra. O a Marte, en el primero de los juegos.
- Massive Dynamic – Una de mis megacorporaciones favoritas. Porque sin ella no tendríamos la maravillosa serie de Fringe. Una serie que, si te gusta la ciencia ficción, ya deberías haber visto. Y si no lo has hecho, ya sabes qué empezarás a hacer esta noche. Porque aglutina en su interior toda clase de investigaciones fascinantes y futuristas: comunicaciones, inteligencia artificial, biocomputación,… ¡y porque son los malos! O no… espera, que me he liado… El caso es que tienen todo, hacen de todo y quieren dominar el mundo. ¿Qué más les puedes pedir?
- AgriGen – Paolo Bacigalupi en La chica mecánica se imagina un mundo postapocalíptico en el que varias megacorporaciones controlan la producción de alimentos y vacunas genéticamente modificadas capaces de anticiparse a los virus (también genéticamente inestables) que asolan la faz de la Tierra. Una Tierra que debe rendir pleitesía a esas megacorporaciones si quiere seguir comiendo y subsistiendo.
- Innovative Online Industries – El fenómeno Ready Player One de Ernest Cline también tiene su propia megacorporación. En un mundo que realiza todas sus tareas cotidianas y de entretenimiento en un entorno virtual (OASIS) gratuito la IOI trata de hacerse con su control. ¿Para qué? Para lo que quieren todas las megacorporaciones conocidas: ganar dinero. Su objetivo es cobrar por un servicio que en su origen es gratuito para todo el mundo. ¡Malditos sacacuartos!
- E-Corp – También conocida por un nombre que deja poco a la imaginación (Evil Corp). Fabrican toda clase de dispositivos tecnológicos y además controlan cierta parte de la economía… y encima tienen más poder que el propio gobierno. Vamos, que lo dominan TODO. Y contra ella (y otras megacorporaciones como ella) es contra lo que luchan los protagonistas de la serie Mr. Robot.
- Comet Systems – Es, junto con otras 7 megacorporaciones, parte del conglomerado empresarial que controla todo el planeta después de que éste haya sufrido una Tercera Guerra Mundial (conocida como la Guerra de Devastación Global) planteada por César Pérez Gellida en su libro Khimera. Su objetivo no es otro que subyugar al resto de la raza humana para que les rindan pleitesía, controlar el 100% del planeta, ser inmortales, etcétera, etcétera, etcétera.
Y otras muchas que tengo anotadas pero que, por lo limitado que es el tiempo y el espacio, no voy a incluir aquí.
Pero el tema está claro, ¿verdad? Seguro que conoces alguna de las que he puesto aquí arriba (o quizá todas) y seguro que tienes tus propios ejemplos de megacorporaciones malignas, malévolas, odiosas y tan capitalistas que un banquero lloraría a su lado. Así que vayamos a analizar… ¿qué es lo que convierte a las empresas normales en megacorporaciones propias de una buena historia?
Cómo construir una megacorporación
En cualquier futuro (o presente) distópico es interesante poder introducir un elemento que sea la encarnación del mal. Un algo que dé fuerzas a nuestros héroes para luchar por el bien común. Un algo que, rápidamente, el lector pueda identificar como eso que tiene que odiar y evitar. Y ese algo puede ser una megacorporación. También podría ser un gobierno autoritario o totalitarista o una sociedad represiva de algún tipo, pero las diferencias con una megacorporación son tan pequeñas que no merece la pena reseñarlas (básicamente que estos no querrán un beneficio económico mientras que las megacorporaciones sí).
El caso es que para construir una buena megacorporación hay que cumplir (al menos) con los siguientes criterios.
1. El beneficio está por encima de todo
El individuo es irrelevante. El estado es irrelevante. Los derechos sociales son irrelevantes. A una megacorporación solo le importa ganar más y más beneficio a costa de lo que sea que tenga que aniquilar, sacrificar o destruir.
Y no me refiero únicamente al beneficio económico. También al poder. Poder sobre las personas, sobre el gobierno y sobre cualquier tema que puedas plantear como importante en tu universo inventado y modificado.
Aunque esto lo podría cumplir casi cualquier empresa… Así que una megacorporación también…
2. Es grande
Sí, puede que te parezca absurdo reseñarlo pero… una pequeña empresa de barrio que experimenta con animales, muta humanos y asesina bebés no entraría dentro de la categoría de megacorporación. Se limitaría a quedarse como una empresa de cabrones.
No, para poder hablar de megacorporación necesitas que su tamaño sea de gran empresa: cientos o miles de empleados, facturaciones multimillonarias y que…
3. Controla un sector relevante del mercado
Ya sea a través de un monopolio o por disponer de los elementos más importantes del mismo las megacorporaciones tienen una posición dominante en su sector. Tecnología, comunicaciones, genética, finanzas, transportes, alimentación… lo que sea. Cualquier rama esencial de nuestra sociedad (o de la sociedad que hayas diseñado) es susceptible de poseer una megacorporación que la controle.
Y al tener una posición dominante en ese mercado tiene tendencias a tratarlo con total despotismo.
Pero no solo le permite sacar tajada y controlar el mercado, sino que también tiene…
4. Tiene poder sobre el sector público
La dependencia que tiene la sociedad de los productos que estas megacorporaciones fabrican o distribuyen hacen que los gobiernos se vean obligados a pactar soluciones con ellos. ¿Qué haría el gobierno si su principal fuente de alimentos le corta el grifo? Y no solo alimentos, ¿qué haría bajo la presión de no recibir teléfonos móviles, ordenadores, medicamentos, tratamiento médico,…? ¿O de que alguien les cortase todas sus comunicaciones?
Ese monopolio, esa búsqueda del beneficio, ese tamaño y ese control les permite tratar a los gobiernos como si fueran un cliente más. Esto pone a las megacorporaciones en una situación superior a la del gobierno, dejando a éstos como meros espectadores ante los objetivos que puedan tener. Algo que, a priori, no tendría por qué ser catastrófico. Siempre puede caer un CEO benévolo y amante de la humanidad como dueño de esa megacorporación.
Por eso las megacorporaciones también tienen…
5. Sus principios morales son nulos
Hacen lo que hacen para ganar más a costa de lo que sea. Vidas humanas, esclavitud, desertificación del planeta, aumento del nivel del mar, calentamiento global… una megacorporación no tiene ningún miramiento a la hora de destruir algo para poder llevar a cabo sus objetivos de aumento de beneficios.
Es el mejor entorno para que aparezcan héroes anónimos sobre los que contar una historia. Héroes que luchen contra la opresión de estas megacorporaciones y que intenten salvar a la humanidad del pesado yugo que suponen.
Aunque no solo tendrán que luchar contra la megacorporación como entidad…
Porque…
6. Los empleados son sus siervos más devotos
¿Os imagináis una megacorporación en la que sus empleados tuvieran libertad absoluta? Libertad para pensar, para opinar, para comunicarse con el exterior, para… ¿verdad que no?
Los empleados de unas megacorporaciones como estas tratan a la empresa como si fuera su dios. Tienen que vivir por y para ella y hacer lo que sus directivos quieran sin cuestionar ninguna de las órdenes recibidas. Con el riesgo de morir si no lo hacen.
Sin embargo, esa represión absoluta también es el caldo de cultivo perfecto para que se revelen e intenten destruir a la megacorporación desde dentro.
En resumen
Las megacorporaciones viles y crueles que intentan hacerse con el dominio del mundo son un elemento muy característico de la ciencia ficción. Bueno, y también aquellas que ya son las dueñas del planeta. Diseñarlas con coherencia, fuerza y algún elemento bizarro y desproporcionado (como eso que decía de experimentar con bebés humanos) es lo que dará empuje a tu propio protagonista y hará que el lector las odie tanto como él. Una cosa magnífica para conseguir que empatice con tu historia.
Son empresas muy características del subgénero ciberpunk, aunque en este subgénero lo más común es que estén ligadas con la inteligencia artificial, los mundos virtuales o los canales de comunicación digitales. Bien podría haber hecho un post centrado en este subgénero.
Sin embargo, como el ciberpunk no es mi fuerte propiamente dicho (aunque cada vez voy descubriendo que he leído más de lo que pensaba), será otra persona la que venga a este blog a hablaros de qué es exactamente eso del ciberpunk. En concreto, será Nicholas Avedon quien nos dedicará un buen puñado de su tiempo aquí en el Rincón de Cabal y nos hablará de qué es y dónde encontrarlo.
Pero si hablamos solo de las megacorporaciones, éstas son un elemento recurrente muy útil y cómodo para construir mundos y sagas completas. Te van a permitir crear un sistema económico, político y social en el que podrás hacer lo que te venga en gana. Y será muy original porque estará basado en la depravación que hayas diseñado para esa megacorporación. Porque no hay límites para la degeneración humana cuando estás tratando con una megacorporación.
Así que ya sabes: por el bien de la ciencia ficción, diseña tu megacorporación. Y con esta rima cutre cierro este artículo resumen sobre megacorporaciones y me despido de ti hasta la próxima semana ;-).
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