Hoy día estamos tan concentrado con las formas de promoción online, que se nos olvidan las que mejor funcionan.
Las que mejor convierten.
¿Y cuáles son esas?
Te cuento.
Promoción online vs promoción offline
Siempre se dice, y no me oirás a mí decir lo contrario, que la promoción online es maravillosa.
Puedes llegar a millones de personas a golpe de click, puedes convencer a cientos de miles para que te lean y puedes convertir a muchos de ellos para que dejen de ser meros lectores pasivos.
Lo que pasa, es que eso no quita que las promociones offline sigan funcionando.
El boca a boca, el cara a cara, tiene mucha fuerza, más fuerza que un nombre en una foto en internet.
Ideas de promoción para escritores
Si eres escritor, si quieres ser escritor, lo primero que tienes que conseguir es que sepan quién eres, qué escribes y dónde pueden encontrarte.
¿Y quién tiene que saberlo?
Lectores, aprendices de escritor y escritores.
Ni más, ni menos.
Estas son algunas ideas que puedes aplicar:
1. Ferias literarias
Existen multitud de eventos, ferias y convenciones sobre distintos géneros literarios. Algunos son específicos de la literatura (como el evento Celsius 232 en Avilés o la Semana Negra en Gijón), otros abarcan más medios (convenciones, eventos…), pero todos sirven para lo mismo.
Llegar hasta mucha gente que comparte una misma afición sobre un género que a ti te interesa.
Una ponencia suele ser una de las mejores formas de que te conozcan, pero no es la única. El mero hecho de ir y relacionarte es un punto positivo para ti.
2. Talleres de escritura
Los talleres o workshops de escritura son otra forma fantástica de promoción.
No solo porque conozcas a muchos escritores (tanto los que imparten esos talleres como los que los reciben), sino porque además aprenderás y practicarás tu escritura.
Al final, no debes olvidar que la promoción es una forma de hacer llegar tus historias a más gente. Si esas historias no son buenas, lo único que estarás haciendo es gastar tiempo y esfuerzo en dejar una impresión no tan buena como deberías.
Y, sí, las primeras impresiones importan.
Aquí va un consejo no solicitado: antes de tratar de que todo el mundo lea lo que escribes, asegúrate de que es bueno.
No a través de familiares y amigos, sino a través de mentores, correctores y editores profesionales. Gente que pueda decirte con objetividad si necesitas mejorar algún aspecto de tu narrativa antes de presentarla al mundo.
3. Ferias del libro
Voy a detenerme aquí un segundo.
Las ferias del libro, esos grandes eventos en los que acuden escritores, libreros y lectores, parecen la mejor forma de hacer publicidad para un escritor, ¿verdad?
Quizá no tanto.
Salvo que seas un escritor reconocido o que tengas algún amigo librero con caseta en una feria y te permita firmar allí y charlar con tus lectores, la cosa no es tan brillante.
Aun así, pasearte por una feria del libro no te hará ningún daño, aunque no consigas el alcance de promoción que esperabas.
Artículos promocionales
La gracia de todo lo anterior es dejar huella en esa gente que conoces. Algo que consiga que te recuerden.
Cuanto más tiempo tengan ese recuerdo presente, mejor para ti.
Está demostrado que para captar la atención de un cliente, cualquier vendedor (y si quieres que atiendan a lo que escribes, les estás vendiendo tu literatura, no lo olvides) debe impactar hasta 20 veces en sus mentes.
Por eso, en cualquiera de las situaciones anteriores, te recomiendo llevar artículos promocionales que puedas regalar.
Señaladores, tarjetas, bolígrafos de publicidad, pines, llaveros…, ¡imaginación al poder!
Eso sí, que quede claro que son tuyos y, mejor todavía, cómo pueden encontrarte.
En resumen
Sin dejar de lado la cantidad de acciones online que puedes realizar para llegar a la gente, tienes que tener presente que una buena conversación, un apretón de manos y poner cara a las personas es más impactante que una pantalla.
No hablo de que te conviertas en una caricatura de un vendedor ambulante, sino que expandas tus círculos sociales a través de toda la cantidad de eventos que tienes a tu disposición.
A veces con que les suene tu nombre es suficiente, pero si lo acompañas con un número de teléfono, un email, una dirección web o un artículo promocional, mejor que mejor.
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