Lovecraft es conocido como el reformador moderno de la literatura de terror, gracias a una serie de relatos suyos que cambiaron este género. Pero la influencia de Lovecraft ha ido más allá, extendiendo sus tentáculos hasta otros géneros, incluida la ciencia ficción.
¿Quieres saber cómo?
R. R. López, es un escritor cordobés de humor y terror con unos cuantos libros en su haber. El último de ellos, Seres de otra dimensión, vio la luz hace poco más de un mes. En él nos hace un repaso de varias de las leyendas más extendidas (fantasmas, ovnis, monstruos…) y nos lanza una aterradora pregunta: ¿son solo leyendas o existe una realidad oculta a nuestra percepción?
En su blog (historias que no contaría a mi madre) encontraréis muchos artículos sobre terror y humor absurdo. Una extraña combinación que, aunque no lo parezca, funciona.
Puedes encontrar a R. R. López en:
La ciencia ficción en los mitos de Cthulhu
La principal aportación de Lovecraft a la literatura fue la creación de una cosmogonía propia, elaborada junto con otros autores de su círculo literario, que principalmente eran amigos y corresponsales, como Robert E. Howard, Clark Ashton Smith, August Derleth y muchos otros.
Con el tiempo, este corpus de relatos interconectados se conocerÍa como Los mitos de Cthulhu.
Aunque este universo era principalmente mitológico, y sus historias de corte esencialmente sobrenatural, algunos de sus temas han influido directamente en la ciencia ficción.
Y es que Lovecraft fue el pionero puesto que, ya en la década de los años 20, planteó una serie de cuestiones que servirían de base al resto de generaciones de escritores, entre ellos a los escritores de ciencia ficción, para desarrollar sus obras.
Esta influencia de Lovecraft ha sido reconocida por autores como Eric Frank Russell, un escritor de ciencia ficción de los años 40 y 50, que, en la nota introductoria a su relato Sinister Barrier, publicado en la revista Unknown, reconocía lo siguiente:
«He escrito esta historia pero no es mía. Es una colaboración póstuma. Para Fort, y con otras mentes imaginativas e inquisitivas, como Bierce, Weinbaum, Daniels y Lovecraft (…)».
No en vano, al estilo literario de Lovecraft se lo denomina horror cósmico, y es de esta cosmicidad de donde podemos extraer la principal influencia de Lovecraft en la ciencia ficción.
Horror cósmico y criaturas del espacio exterior
En este blog ya se ha hablado de la difusa frontera que separa el terror de la ciencia ficción.
Sin duda, la tierra de nadie que hay entre ambos términos fue el dominio de Lovecraft, al que muchos llaman horror cósmico.
El horror cósmico parte de la base de que el ser humano es una minúscula mota de polvo en la inmensidad de un cosmos sometida a terribles fuerzas que escapan a su comprensión y control.
¿Te suena? Este argumento se ha convertido en un leitmotiv dentro de la ciencia ficción, tanto en el cine como en la literatura. Y es un argumento que bebe directamente de la influencia de Lovecraft.
Así, el argumento de exploradores que llegan un entorno extraño y descubren restos de civilizaciones prehumanas —y algún terrible secreto que acaba matándolos a todos— es un clásico del género.
Alien, Alien vs. Predator, La cosa y Prometheus serían ejemplos de guiones que parten de esta premisa y destilan esa influencia de Lovecraft.
Pues bien, no solo la destilan, sino que todos se basan en la línea argumental de la novela corta de H. P. Lovecraft En las montañas de la locura. De hecho, esta obra de Lovecraft es considerada por muchos expertos en literatura como una obra de ciencia ficción, a pesar de su vinculación directa con los mitos de Cthulhu.
Otro matiz que introdujo el horror cósmico de Lovecraft en la ciencia ficción fue el concepto de los alienígenas ajenos a lo humano.
En los inicios de la ciencia ficción, siguiendo un patrón mental lógico en el ser humano, todos los antagonistas y seres de otros mundos tendían a ser razas humanoides, pues para el humano lo normal es proyectar su propia concepción del mundo y la realidad, y si eran razas inteligentes, se parecerían a los humanos, ¿no?
Lovecraft fue de los primeros autores en introducir entidades alienígenas totalmente ajenas al ser humano tanto en su biología como en sus razonamientos.
Sus aliens tienen formas extrañas que no se parecen a nada de lo antes visto: Criaturas que son mezcla entre insectos y hongos, como los Mi-go, conos gelatinosos cuyos órganos sensoriales están alojados al final de tentáculos, como la Gran Raza de YIth, seres con forma de barril y estrella de mar, como Los Primordiales, entidades protoplasmáticas como los Shoggoth…
El propio dios primigenio Cthulhu, que da nombre a todo el ciclo mitológico lovecraftiano, es en realidad miembro de una raza alienígena de gigantes alados antropoides con cabeza parecida a la de un pulpo.
No, a pesar de lo que estás pensando ahora, Lovecraft era abstemio estricto y no tomaba drogas.
Howard Phillips renovó por completo la imaginería de la ciencia ficción y el terror con sus criaturas.
La vida en la tierra tiene origen extraterrestre
De nuevo otro gran tema de la ciencia ficción que fue explorado por Lovecraft ya en los años 20. En el universo de Lovecraft la humanidad proviene de experimentos genéticos realizados por razas alienígenas que ocupaban la tierra mucho antes que los humanos.
Viajes interplanetarios e interdimensionales
Otro clásico en donde la influencia de Lovecraft es clara y directa.
En las obras de Lovecraft los protagonistas humanos viajan a otros planetas a lomos de bestias alienígenas, mediante la ingesta de sustancias que los protegen de los rigores del espacio exterior.
A medida que la ciencia avanzó, la ciencia ficción comenzó a plantear la posibilidad de los viajes espaciales mediante el pliegue de dimensiones y los agujeros de gusano, lo que evitaría el molesto inconveniente de la grandes distancias que otras civilizaciones tendrían que cruzar, con magnitudes de años luz, para llegar a nuestro planeta.
De nuevo, el genio de Providence se adelantó a esto.
En la mitología lovecraftiana existe un dios, Yog Sothoth, conocido como La puerta y la llave, porque puede plegar las dimensiones para que otros dioses, como Azathoth, puedan manifestarse en nuestro mundo a pesar de estar a años luz de la Tierra.
Lovecraft también usa este recurso en su relato Los sueños en la casa de la bruja, en el que se basó en los postulados de Einstein, y de otros científicos de su época, para jugar con la idea de dimensiones paralelas a las que se puede acceder mediante fórmulas matemáticas que abren portales interdimensionales y que están solapadas con la nuestra.
Viajes en el tiempo y transhumanismo
Una de las principales razas alienígenas de los mitos de Cthulhu, la Gran Raza de Yith, tiene la capacidad de trasladar su consciencia a seres de otras especies en otras épocas para explorar tanto el pasado como el futuro.
Esto da lugar en las obras de Lovecraft, y sus autores afines, a juegos narrativos con diferentes líneas temporales.
Otro tema que la ciencia ficción ha explorado con frecuencia es el intercambio de mentes y la supervivencia de la conciencia al cuerpo físico mediante el uso de la tecnología.
De hecho, esta es una de las cuestiones que actualmente se plantean como posibles en un futuro a medio plazo de acuerdo con corrientes como el transhumanismo.
Relatos de Lovecraft como El caso de Charles Dexter Ward o La cosa en el umbral, entre otros, usaron el tema del intercambio de mentes entre cuerpos.
Se adelantó al transhumanismo y a la pervivencia de la conciencia gracias a relatos como El que susurra en la oscuridad (1930). En esta historia, una raza de alienígenas son capaces de transferir el cerebro de los humanos mediante procedimientos quirúrgicos a unas máquinas que les permiten mantener la conciencia, hablar y tener percepciones sin necesidad de su cuerpo, así como hacer viajes interestelares sin sufrir los efectos del vacío espacial.
Lovecraft como escritor de ciencia ficción clásica
Como escritor de revistas pulp, los relatos de Lovecraft coexistieron en sus páginas con otros de ciencia ficción.
De hecho, Lovecraft usó para sus escritos todos los conocimientos de la ciencia de vanguardia de su época en campos como la física y la astronomía (en su relato El que susurra en la oscuridad aprovechó el reciente descubrimiento de Plutón para ubicar en él el planeta de origen de los hongos de Yuggoth).
Al ser la escritura su principal fuente de ingresos, Lovecraft hizo de corrector para otros escritores. Por lo tanto, es posible que, sin que se sepa, su pluma haya hurgado en muchas de las historias del género de la ciencia ficción que se publicaron en estos magacines, haciendo que la influencia de Lovecraft se expanda silenciosa hasta nosotros.
Pero hay un hecho que algunos lectores desconocen y del que se sorprenden cuando profundizan en la obra de Lovecraft: aparte de las temáticas de ciencia ficción introducidas en sus obras pertenecientes a los mitos de Cthulhu, Lovecraft escribió, que se sepa, un relato de ciencia ficción.
Esta historia está incluida en el la antología de Alianza Editorial Los mitos de Cthulhu, que fue donde lo descubrí yo.
En octubre de 1939 la revista Weird Tales publicó una colaboración de H. P. Lovecraft con Kenneth J. Sterling, un cuento clásico de ciencia ficción titulado En los muros de Erix.
En él se narran las angustiosas tribulaciones de un cosmonauta, miembro de una empresa que se dedica a la exploración espacial, que queda atrapado en un extraño laberinto durante la exploración del planeta Venus.
En este relato se nos describe en detalle la tecnología que usa el protagonista para generar una fuente de respiración autónoma, sus armas y los aparatos de exploración, así como las razas de alienígenas que habitan Venus.
La influencia de Lovecraft no terminó con él
Estoy seguro de que, a partir de ahora, cuando leas un relato de ciencia ficción que incida en alguno de estos tópicos, te vendrá a la mente la figura de Lovecraft. Y no es para menos. Él fue uno de los padres directos del terror moderno y uno de los padres encubiertos de la ciencia ficción moderna.
Porque ya sabes lo que dicen: que no está muerto lo que yace eternamente…
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