¡Ay! El tiempo. Esa preciosa joya que todos poseemos pero a la que nadie da el mismo uso. 24 horas diarias y 60 minutos por hora de los que nos gustaría sacar el máximo jugo para tener la mayor cantidad de ese tiempo para escribir.
Sin embargo, pasan los días, pasan las semanas y pasan los meses y muchos de nosotros vemos como nuestros proyectos se van quedando rezagados. Porque el tiempo nos gana la carrera a muchos, lleno de obligaciones que lo ocupan.
Llevo dándole muchísimas vueltas a este tema y hoy quiero escribir un post para todos aquellos que no tenéis tiempo para escribir. Para todos aquellos que os encontráis en una situación similar a la mía: un millón de tareas y proyectos simultáneos, unas ganas increíbles por escribir y muy poco tiempo efectivo de escritura.
Me gustaría intentar ayudaros a encontrar ese tiempo para escribir dentro de vuestras obligaciones diarias.
No tengo tiempo para escribir
Todavía recuerdo ese maravilloso y fatídico año del cambio de la consultoría a la escritura (o, como yo lo llamo, el año de la consultoría al cielo). Entonces el problema era muy diferente: tenía demasiado tiempo para escribir.
También es verdad que cuando pasas de tener… tiempo negativo para ti y te encuentras con horas y horas disponibles, el agobio viene por otros motivos.
Qué tiempos aquellos a los que no volvería.
Aunque se pueden aprender muchas cosas de una vida en la que cada segundo cuenta y en la que el tiempo es el bien más preciado que tenemos.
Pero empecemos por el principio y por lo más importante.
La gran pregunta: ¿por qué no tengo tiempo para escribir?
Esa es la primera pregunta que os tenéis que hacer. Lo más importante es conocer los motivos por los que, a día de hoy, no tenéis ese tiempo para escribir que tanto quisierais.
Y tenéis que ser sinceros. Totalmente sinceros con vosotros mismos.
Coged un lápiz y un papel y haced una lista de todo lo que hacéis un día normal desde que os levantáis hasta que os acostáis. Y cuando digo todo quiero decir todo.
Pausas para ir al baño, pausas para beber agua, charlas con vuestros compañeros, tiempo en el coche, tiempo en Facebook, en Twitter, en Whatsapp, mirando a las musarañas, mirando la pantalla del móvil para ver si llega alguna notificación que nos distraiga, tiempo leyendo artículos de otros blogs… y sí, también el tiempo que dedicáis a dormir.
Quién sabe si, además de ganar algo de tiempo en vuestra vida, al hacer esta lista encontráis un pequeño problema de próstata, un exceso de amigos o un problema de deshidratación severa…
Yo lo hice y, aunque el resultado no me sorprendió demasiado, sí que me encontré con varias sorpresas.
La primera de ellas fue muy reveladora: ¿cómo era posible que mi despertador sonase a las 7:00 y no empezase a escribir hasta las 8:30? Sí, hay mañanas en las que mi hija puede ser la responsable. Pero otras muchas no hay niña a la que echar la culpa.
Así que empecé a analizar mis patrones mañaneros y descubrí que entre posponer el despertador, revisar Twitter, jugar al móvil y leer se me iban casi dos horas de mi tiempo.
Lo peor no fue ver qué perdía el tiempo, sino en que todo aquello había pasado camuflado durante mucho tiempo al amparo de la excusa de que las redes sociales y los artículos son importantes. Aunque de esto hablaremos más adelante.
La segunda fue después de comer. Entre terminar de hacerlo y salir a buscar a la niña a la guardería me quedaba algo menos de una hora de tiempo. ¿Por qué la invertía en leer o volver a perderme en el mundo internetero en vez de en escribir?
Y la tercera vino por la tarde. Los niños son fuentes de energía infinita: incansables e inagotables. ¿O es eso mentira?
Lo más importante es conocer los motivos exactos por los que no tienes tiempo para escribir Share on XPorque, al menos los bebés de menos de un año, necesitan recargar baterías durante algún rato por las tardes. Quizá no durante una hora entera, pero sí que pueden dejarnos 15, 20 o 30 minutos disponibles. Y son momentos en los que podemos hacer muchas cosas… si estamos preparados para hacerlas.
Cada uno tenemos un trabajo, unos estudios, un ritmo de vida y una familia diferentes. Pero todos nosotros perdemos mucho tiempo a lo largo del día.
Encontrad esas perlas escondidas en vuestro día a día, porque a partir de ahora les vais a dar otro uso diferente.
¿Las tenéis? Genial, entonces vamos con lo bueno.
7 trucos para sacar tiempo para escribir
Como decía antes, el universo, en su infinita sabiduría, creo unas leyes temporales flexibles (en teoría) pero extremadamente rígidas en la práctica. Solo tenemos 24 horas cada día de las que un tercio (como mínimo) se nos va en nuestras necesidades básicas.
Así que, antes de reducir el tiempo que dedicas a dormir, a comer o a cualquier otra cosa para poder tener tiempo para escribir…
Decide qué es más importante para ti
Vaya chorrada, ¿no? Pues no, señoras y señores. Si de verdad escribir es importante para vosotros, entonces encontraréis que la lista de eventos anteriores contiene muchas tareas que son menos importantes que escribir.
Y no me refiero solo al tiempo perdido en internet. Me refiero a dormir, mirar a las musarañas, comer, leer, ver la televisión,…. Porque si de verdad queréis tiempo para escribir encontraréis que muchas de las cosas que hacéis cada día lo único que hacen es impedir que escribáis.
Cuando trabajaba en consultoría (ya sabéis, 12+ horas de trabajo, 1 para comer y nada de tiempo libre) sacaba siempre tiempo de las comidas. Comía en la mitad de tiempo y me iba al ordenador a escribir.
Vale que muchas veces solo eran formas muy decorativas, imposibles y macabras de terminar con la existencia de mis jefes, o del cliente, o de la empresa, o del mundo…
Todos los escritores se sumergen en su parte oscura, dejan que lo peor del ser humano aflore, entonces lo capturan y escriben sobre ellos. ¿Significa eso que son unos psicópatas? No, no del todo.
Lo que pasa es que solo lo somos de puertas para dentro o, mejor dicho, de puertas para el papel. Si además de un euro por cada vez que nos preguntan de dónde sacamos esa mierda lo hicieran por cada vez que eliminamos a alguien en nuestra cabeza… seríamos muy muy ricos.
El caso es que, siento haberme desviado, decidir que lo importante para ti es tener tiempo para escribir es el primer paso para encontrarlo.
Organiza tus necesidades escritoras
Como ya sabéis, escribir no es una actividad que se limite a nuestra relación con la pluma (o el teclado). Hay que leer, estudiar, documentarse, dejar vagar nuestra imaginación por los mundos de Yupi, planificar, revisar,…
Además, muchos de nosotros tenemos un blog, escribimos para otros además de para nosotros, mantenemos cuentas en redes sociales,… En definitiva, toda esa serie de tareas y habilidades adicionales que necesitamos para ser escritores.
Debéis tener claro qué es más importante en vuestro esquema vital y actuar en consecuencia.
Hay que aplicar siempre la regla del 80/20. Esas tareas que proporcionan un rendimiento del 80% son las que de verdad nos interesan. Todo lo demás deberá quedar relegado a un segundo, tercer o cuarto puesto en nuestro sistema de prioridades.
Aunque este sistema de prioridades no es algo que debáis hacer todos los días, ni siquiera todas las semanas. Es más bien un sistema de valores fijo por el cual debéis pasar todas las tareas que queráis hacer.
Así, cuando tengáis la tentación de dedicar media hora a leer vuestro timeline de Twitter… preguntaros ¿es una tarea del 80 o es una tarea del 20? Y si es del 20… ¿hay alguna tarea que pueda hacer en este tiempo y que me reporte más beneficios?
Deja las tareas del 20% para los momentos adecuados
Estando al cuidado de un terremoto de 7 kilos de peso y 8 meses de vida es muy difícil encontrar ratos largos para escribir.
Lo que he conseguido hacer es dedicar los pocos momentos (de 5, 10, 15 o el tiempo que sea) de tranquilidad que me deja para todas esas tareas que, a priori, no nos reportan un beneficio importante.
Estudiar, leer, planificar, desarrollar un escenario, un personaje… Sea lo que sea que pueda hacer mientras estoy con ella lo inserto en todos los mini-descansos que me deja.
Distribuye esas pequeñas tareas menos importantes a lo largo de tu día en los momentos menos productivos y deja las horas completas para tareas más importantes.
Un viaje en metro da para estructurar un artículo, un viaje en coche te permite desarrollar una linea argumental con bastante profundidad, un descanso para echar un cigarro puede darte una idea creativa…
Todos los momentos cuentan a la hora de distribuir esas pequeñas tareas.
Buscad vuestro mínimo tiempo para escribir
Tenéis que encontrar vuestra unidad esencial de escritura. Esa unidad de tiempo que acabo de inventarme: el MTE. El tiempo mínimo que necesitáis para sentiros cómodos escribiendo y terminar con la sensación de haber conseguido algo.
¿Sois de los que necesitan 5 minutos de planificación al principio y 5 al final para revisar lo escrito? ¿Sois escritores pomodoro de 25 minutos? ¿O sois escritores titánicos que necesitan 4 horas seguidas para sentirse productivos?
Da igual del tipo de escritores que seáis, lo importante es que sepáis lo que sois para, de este modo, poder conocer cuál es vuestro tiempo para escribir ideal.
Yo sé que si tengo menos de media hora libre no me compensa sentarme a escribir. Así que si me encuentro con un hueco de 20 minutos en mi día a día, sé que tengo que dedicarme a otra tarea que no sea escribir. Porque mi MTE es de, aproximadamente, 45 minutos.
Así que, cada vez que tengo un MTE libre por delante intento no dedicarlo a internet, leer, estudiar o cosas similares. Si tengo un MTE completo escribo.
Lo importante es conocer ese tiempo y utilizarlo como el mínimo tiempo para escribir de cada día. Es una medida similar al objetivo mínimo que utilizan muchos escritores: las palabras que son capaces de escribir en un día, pero orientada a las personas que no disponemos del bien más preciado que se necesita para escribir. El tiempo.
Y recordad: cada palabra suma.
Cuando escribas… ESCRIBE
Nada de distracciones.
Nada de internet.
Nada de conversaciones.
Nada de intentar escribir mientras tu hija juega con un peluche a tu lado.
Tu mínimo tiempo para escribir es para eso: para escribir.
Escribe cada día durante un MTE…
El hábito hace al monje y escribir forja escritores. No dejéis pasar la oportunidad de dedicar ese mínimo tiempo para escribir unas cuantas palabras.
A menos que necesitéis 6 horas de tiempo para escribir es fácil que consigáis encontrar un MTE cada día.
Porque, aunque seáis como Víctor Selles o como yo y no podáis escribir más de 2000 palabras al día, de 2000 en 2000 se puede construir una novela en dos o tres meses.
…aunque si no lo haces no te sientas culpable
No somos máquinas. No todos los días se puede hacer lo que uno quiere.
Si no consigues sacar un pequeño MTE para escribir, tampoco tienes que darte de cabezazos contra el primer muro que encuentres.
Es importante mantener la constancia, sí, pero no pasa nada porque pequemos una vez.
Pero que solo sea una vez.
En resumen
No existe excusa para no escribir.
Todos podemos sacar algo de tiempo para escribir cada día. O, al menos, podemos hacerlo si de verdad queremos escribir.
No importa que solo escribáis 300 palabras en un día, lo que importa es que lo hagáis. Y que lo hagáis sintiendo que de verdad eran 300 las que podías escribir.
Y no que os vayáis a la cama con un gusano perturbado horadando vuestra conciencia y diciéndoos que habéis perdido el tiempo jugando a Candy Crush en vez de escribiendo.
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