La semana pasada te hablé sobre el primer pilar, de los cinco pilares básicos que tiene la autopublicación: el título. Tener ese título —o esa línea de títulos posibles— es el primer paso para poder enfrentarnos al segundo de ellos: cómo diseñar una portada.
Como escritor, lo primero que necesitas es entrar por los ojos de tus posibles lectores. Tienes que conseguir que, cuando estén paseando su vista por ese mar de portadas que están visitando, detengan su mirada y dediquen su atención a tú portada.
Si el título ya era importante a la hora de conseguir que alguien avance al tercer, y decisivo, paso previo para comprar tu libro, la portada es esencial.
Por qué es importante diseñar una portada potente
En el artículo sobre el primer pilar, cómo elegir un título, ya te dije que el 80% de la decisión de compra de un libro es responsabilidad del título y la portada. Pues bien, de ese 80%, mucho más de la mitad —por lo menos dos tercios— proviene de la portada en sí. Diseñar una portada llamativa, elegante y de aspecto profesional, es algo vital si quieres que tus lectores te tomen en serio.
De hecho, no sé si eres un comprador de libros electrónicos asiduo pero… te invito a pensar en todos esos libros que están a la venta en Amazon por 0,99€ o, directamente, gratis. ¿Cuántos de ellos poseen una portada que parece sacada directa del Paint?
Títulos ilegibles, letras pequeñas, combinaciones de colores imposibles, fotos mal pegadas… e incluso alguna que otra cara de un famoso como tío/tía reclamo.
La portada lo dice todo de ti. Diseñar una portada cutre, que se cae por los cuatro costados; o directamente una en la que intentas abarcar demasiado y terminas sin saber hacerlo bien… solo va a hacer que, cuando la cuelgues en el escaparate del mundo, todo el que la vea se va a formar una imagen mental de ti.
Porque sí, si tardamos 2 segundos en formarnos una opinión sobre alguien que tenemos delante… ¿cuánto tardas en pensar mal de alguien que ha diseñado una portada intragable?
Puede sonar crudo decirlo así, pero es que tenéis que evitar a toda costa publicar un libro con una mierda de portada. Si alguien asocia esa mierda con vuestro nombre, estáis perdidos. Tenéis que intentar ser lo más profesionales posibles y diseñar una portada que, como mínimo, no despierte la animadversión de nadie que la mire.
Y para eso está este artículo :-).
8 consejos para diseñar una portada
En este artículo recojo los pasos que he seguido yo para diseñar mis propias portadas. Como es obvio, conseguir que alguien profesional se encargue de diseñar una portada para vosotros sería lo ideal. Sin embargo, diseñar una portada no es barato, y yo estoy intentando enseñarte cómo autopublicarte a coste cero.
Así que, si tienes pensado subcontratar esta parte de diseñar una portada, te bastará con leer los primeros 4 puntos. Porque, aunque sea otro el que vaya a diseñarte la portada, tienes que saber lo que quieres antes de que lo haga: por ti y por él. Porque si no sabes lo que quieres hay dos opciones: que sea el diseñador el que decida todo y tú solo asientas con la cabeza, o que el diseñador se vuelva loco por tus constantes críticas y comentarios al respecto.
Sea como sea, tienes que saber lo que quieres antes de diseñar una portada tú mismo o pedir a otro que lo haga por ti.
1. ¿Qué quieres transmitir?
La portada es el reflejo del alma de tu libro. El aspecto que luzca esa portada va a condicionar cómo se enfrente un lector a tu libro. Así que, antes de ponerte manos a la obra, piensa en cuál va a ser el objetivo de diseñar una portada para tu libro. Esa esencia será lo que marque la pauta de los siguientes pasos que vas a dar para hacerte con tu portada.
¿Qué te parecen estas adaptaciones de dos pedazo de clásicos de la literatura? No tienen ningún sentido, ¿verdad? Las portadas son correctas, no tienen nada de malo per se, pero no son nada adecuadas para unos libros como esos.
Diseñar una portada depende de cada género, cada tipo de libro y cada emoción básica que quieres transmitir. Cada uno tiene sus estilos característicos. De hecho, esos dos ejemplos me sirven muy bien para ilustrar esto. La primera, con sus líneas en forma de circuitos, sus colores y la disposición de sus letras, ya sugiere algo de ciencia ficción. La segunda, con tanto rojo, negro y ese corredor lúgubre, hablan de algo cercano al miedo.
Pero no hablan del Quijote, ni de Romeo y Julieta. Aunque, pensándolo bien, la segunda con tanto rojo…
2. Busca inspiración en el título
Título sin portada y portada sin título son como un día sin noche. Como has visto en el ejemplo anterior, el título es el que te ha dicho que las portadas anteriores eran absurdas. Es más, si cambiase los títulos y pusiera algo tipo…
¿Ves? ¿A que ahora todo parece tener un poco más de sentido?
Sí, sigue existiendo el problema de que son obras muy conocidas y, seguramente, ya tengas una idea preconcebida en la cabeza sobre cómo tienen que ser esas portadas. Pero está claro que ahora, por lo menos, el tema de la portada y el título (y el contenido del libro) están más alineados.
Y es que el propio título ya tiene que darte las claves que necesitas para diseñar una portada.
3. Busca conceptos clave de tu libro en internet
¿Recuerdas esas listas que hicimos en el primer pilar de la autopublicación para elegir un buen título? Ahora van a volver a serte de utilidad. Porque lo que hicimos fue extraer los conceptos clave de tu libro para elegir ese maravilloso título que ya tienes entre manos.
Quizá ya tengas una idea de cómo quieres diseñar tu portada, pero si no es así o quieres buscar más inspiración, utiliza esos conceptos clave y entra en alguna base de datos de imágenes a buscarlos.
Yo, para Memoria selectiva —antes de saber que se llamaría así—, utilicé Shutterstock para ver qué obtenía con esos conceptos esenciales. Busqué palabras como circuitos, redes neuronales y todo lo que se tenía apuntado en mi cuaderno. Sabía que estaba buscando alguna imagen de tipo red de circuitos, neuronas o algo así. Y al final obtuve esta imagen:
Que con un poco de trabajo se convirtió en esa portada que ya has visto antes para los ejemplos que te he puesto.
4. Busca portadas similares de tu género
Como ya te he mencionado, diseñar una portada depende mucho del género que vayas a publicar. No es lo mismo una novela romántica, una fantástica, un libro de autoayuda o una novela de ciencia ficción. Cada uno utiliza patrones, letras y colores diferentes.
Así que, lo mejor que puedes hacer —antes, durante o después de tener una idea sobre cómo diseñar una portada—, es buscar en cualquier librería —física o digital— por la sección de libros que te corresponda. Coge unos cuantos, ojea las portadas de tus escritores favoritos, e intenta imaginarte cómo quedaría tu libro con esos formatos.
Eso sí, lo único que puedes copiar es la disposición de los elementos que conforman las portadas —dónde está el título, dónde el nombre del autor, con qué letras, colores, tamaños…—.
5. Elige bien los colores
Un error que se ve mucho por Amazon, es que hay gente que coloca unas portadas —más o menos decentes— en unos colores X y no se preocupa de adaptar el color del título para que se pueda leer sobre ese fondo.
La idea es bastante sencilla: busca combinaciones de colores que resalten entre sí. No uses negro sobre azul, rojo sobre naranja, o cualquier otra combinación absurda que hará que tu título no se lea.
¡Ah! Y si, cuando termines de diseñar una portada, te encuentras con que es imposible encontrar un color que resalte —como me pasó a mí— siempre puedes recurrir a este truco: incluye un cajetín traslúcido más oscuro detrás del texto.
¿Ves la diferencia?
6. No te compliques
Esta es una regla de oro para los que no somos diseñadores profesionales: no te compliques. Es muy fácil tener ideas, pero muy difícil llevarlas a cabo.
Ten en cuenta tus limitaciones y tus posibilidades, y actúa diseñando en consecuencia.
A mí me hubiera encantado colocar el árbol de la portada original de La imaginación también muerde al final del pasillo de la portada de la segunda edición. Pero… soy consciente de que no paso de amateur en el manejo de Photoshop ni Pixelmator, así que ahí se quedó la idea.
7. Pregunta a tu entorno
Igual que con el título, es importante conocer opiniones externas a ti para poder diseñar una portada. Y no me refiero a amigos y familia, sino a gente que no te conozca y que no tenga ningún reparo en decirte qué está mal y qué está bien.
Yo estoy muy contento con lo que transmiten mis dos portadas. Y, aunque a veces me cuesta admitirlo, sí, yo he diseñado esas dos portadas por mí mismo.
Eso sí, te conviene que haya al menos alguien que sepa de qué va esto de diseñar una portada —portadistas, ilustradores, escritores, editores…—, porque no es lo mismo hacer una portada visualmente bonita, que diseñar una portada potente.
En definitiva
Cuando ya tengas tu título, o títulos, seleccionados, empieza a pensar en cómo representarlos de manera gráfica. Diseñar una portada no debe ser más que la transición natural de esas palabras a una imagen. Porque ambos —título y portada— deben estar alineados.
Tal y como te he enseñado en los ejemplos absurdos que he creado para este artículo, diseñar una portada parte del mismo trabajo de elegir un título y se rige por cuatro normas básicas bastante sencillas de llevar a cabo. Eso sí, hasta dónde quieras llegar, es cosa tuya.
La serie completa de autopublicación a coste cero:
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