Los libros clásicos de Stephen King son pequeñas joyas que guardo para momentos especiales. No los leo salvo que necesite un empujón. Guardaba La larga marcha para uno de esos momentos, y parece que ha llegado.
El último clásico, El misterio de Salem’s Lot, lo utilicé para quitarme el mal sabor de boca de uno de sus últimos libros (Quien pierde paga). Esta larga marcha me ha servido para romper la sequía lectora que arrastraba desde agosto.
El autor: Richard Bachman
Del autor poco puedo decir que no haya dicho ya o que no sepáis. Sin embargo, hay una curiosidad que sí puedo contaros.
La larga marcha es un libro que, originalmente, no firmó como Stephen King. Como él mismo cuenta en el prologo de esta edición, sus editores de aquel entonces pensaban que escribía demasiados libros en poco tiempo y que el mercado se iba a saturar de libros de Stephen King (pobres ilusos).
Por eso, le invitaron a crearse un seudónimo para que pudiera publicar ese excedente de novelas. Y La larga marcha es uno de los libros que firmó originalmente como Richard Bachman, junto con otros como El fugitivo o Rabia.
El libro: La larga marcha
Escrito en 1979, este libro resulta ser una crítica de nuestra sociedad que bien podría haberse escrito en 2019. Parece mentira que tenga 40 años y que los problemas que deforma hasta conseguir el mundo distópico en el que transcurre sean tan actuales.
Confieso que, por mi motivación inicial para leerlo (el desbloqueo) y por haberlo leído mientras cuidaba de mi hijo pequeño (tanto que no tiene ni 3 meses), se me ha hecho corto. Muy corto. De unas 3 horas de duración, para ser exactos. Y eso repercute en algo de cansancio mental conforme lo terminaba.
Digo esto, para que entendáis el par de comentarios finales que vais a leer a continuación.
Ficha técnica
Editorial | Penguim Random House |
Sello | DeBolsillo |
Título | La larga marcha |
Autor | Stephen King (Richard Bachman) |
Traductor | Hernán Sabaté |
Número de páginas | 352 |
ISBN | 978-84-9793-001-7 |
Publicación | Mayo 2013 |
Publicación original | Julio 1979 |
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Sinopsis
El escenario: una sociedad ultraconservadora que ha llevado al paroxismo sus rasgos más perversos, dominada por un estado policial.
El acontecimiento: la más extraordinaria competición deportiva, una agotadora marcha a pie donde un resbalón puede ser el último.
Los competidores: cien adolescentes elegidos por sorteo decididos a pasar sobre los cadáveres de sus compañeros para llegar a la meta.
El premio: fama y fortuna para el ganador, es decir, para el único superviviente…
Solo uno será el triunfador.
Los 99 restantes morirán.
Opinión
Decía que el libro se me había hecho corto. Viéndolo ahora en la librería, con el resto de sus hermanos SK, diría que está en la media de lo que suele (solía) escribir.
La larga marcha va directo al grano. No se anda con largos preámbulos ni con explicaciones elaboradas. El protagonista, Raymond Garraty, llega en coche al lugar de partida de esa extraña marcha por la supervivencia y empieza a andar. Aunque correr quizá sería el término adecuado.
Poco más sabemos de la marcha al comenzar. Es a lo largo de ese avance, de esos cientos de kilómetros de desgaste físico y mental, donde vamos aprendiendo qué es y qué implica.
Eso sí, sin hacer muchos alardes de explicarnos nada más de por qué, quién o cómo se organiza.
Y es ahí donde está la gracia de este libro. Da igual por qué lo hacen, da igual quién y cómo lo organicen, lo único que importa es que esa marcha es el acontecimiento social más importante de América. Todos viven por y para disfrutar del evento, como si fuera la Super Bowl. Todos olvidan sus problemas, la represión de su gobierno o cualquier otra mierda que estén viviendo. Porque tienen «la larga marcha» para distraerse.
El libro es, dejando de lado la bajeza humana que reflejan los corredores y los espectadores, una crítica social increíble. Un análisis de cómo la masa se deja llevar por las zanahorias que nos lanzan los de arriba. De cómo un espectáculo macabro y horrendo con 99 asesinatos se convierte en un éxito nacional.
Al haberlo leído tan tarde, veo muchas similitudes entre obras posteriores (previas para mí) como La purga o Los juegos del hambre. Distopías en las que los poderosos distraen a la plebe con un evento tan brutal como las miserias que intentan esconder.
Es ahí donde le doy un auténtico 10. El sufrimiento, los cambios de paradigma, el asco que sientes por la gente…
Sin embargo, confieso que el final se me antojó demasiado abrupto. Muy al estilo de El pozo y el péndulo de Edgar Allan Poe. Lo importante, el grueso de la historia, no es el desenlace. Es el camino.
Y también echo un poco en falta ese contexto que Stephen King no nos da.
En conclusión
La larga marcha es un libro que podría estar en mi top 10 de Stephen King. Quizá no llegue al top 5, pero desde luego es uno de los mejores que he leído. Nada que ver con las cosas que escribe últimamente.
De hecho, estoy cerca de completar mi ruta por mi top 10 particular de clásicos de King y en breve creo que os contaré cuál es mi podio. Que, salvo modificaciones de última hora, incluirá esta larga marcha y mi anterior reseña, El misterio de Salem’s Lot.
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