Este es un extracto con las primeras páginas del relato que da nombre a mi libro de relatos de ciencia ficción Memoria selectiva.
Memoria selectiva
Otra oleada de desconexiones masivas hizo que saltara la alarma en el centro de control veintidós del área metropolitana de Nueva Shenzhen. Nahra Chia y su hermana gemela, Nahra Xaha desplegaron la red de bots del cuerpo de seguridad de Neoex. Sus pequeños pero potentes reactores les llevarían hasta el lugar del suceso en unos pocos segundos.
Su diminuto tamaño y su increíble software patentado les permitían infringir las leyes del tráfico aéreo en todo el continente de Taiasia. No obstante, su calidad era tal que, a pesar de llevar más de dos décadas en funcionamiento, todavía no se había registrado un solo incidente causado por uno de los pequeños nanohaes.
Mientras Chia controlaba al enjambre de nanohaes por los túneles aéreos de Nueva Shenzhen, Xaha se puso en contacto con el equipo de respuesta automática del área veintidós. El comandante del ERA-A-22, Xiu Feng, estaba considerado como uno de los mejores neohumanos de clase militar que había en la ciudad. No tanto por lo depurado que era su código de acoplamiento ni por lo novedoso de su exoesqueleto, sino por las experiencias pasadas de la mente etérea de Feng. Su capacidad analítica y la anticipación a cualquier problema lo convertían en un valioso activo para Neoex. También para El Entramado.
—Comandante Xiu —saludó Nahra Xaha por el holocom—. Necesitamos que viaje con urgencia al bloque Citzin del sector veintidós norte. Los sensores de SIA han detectado una desconexión en masa dentro de las plantas superiores.
—¿Cuál es el volumen esta vez? —respondió él con su calmada y profunda voz.
—El sistema detecta cincuenta y cuatro neocuerpos apagados. —Nahra Xaha calló y cedió el control de la comunicación a su hermana.
—El enjambre cuenta cincuenta y cuatro neos con energía cero y confirma cincuenta y cuatro mentes perdidas. —Nahra Chia envió los datos de localización e identificación de cada uno al comandante—. Bloqueo físico de nivel uno en toda la zona, comandante.
—¿Se ha notificado ya al Entramado?
—Todavía no, comandante —respondió Nahra Xaha retomando el control del holocom—. El nuevo protocolo determina que la comunicación debe hacerse después de que el ERA verifique la desconexión. Si detectan el más mínimo indicio de sugestión o manipulación deberán actuar siguiendo el código Weixi y nosotras nos encargaremos de coordinarnos con El Entramado.
Xiu Feng permaneció impasible mientras escuchaba las órdenes. Sabía que El Entramado estaba desbordado por la cantidad creciente de neos desactivados. Sus esfuerzos ya no se dedicaban a la prevención, el aislamiento o la predicción de nuevos casos de sectas extincionistas. Ahora solo trataban de buscar una solución que permitiera sobrevivir al continente de Taiasia. Si el ritmo de desconexiones seguía en aumento, no tardarían mucho en equiparar su número poblacional al del consorcio de Euramna. Y eso les llevaría a una guerra en la que los perdedores no serían los occidentales.
Sonrió por dentro al ver al Entramado como una tortuga. Una tortuga que antes había sido un león y que ahora solo tenía dos opciones: esconderse dentro de su caparazón y resistir los embates del destino o rendirse a lo inevitable y salir del caparazón para esperar una muerte honorable. En ambos casos, el destino final iba a ser el mismo. La neosociedad estaba corrupta y podrida, todos lo sabían. Incluidos los dirigentes de Euramna. Solo quedaba por concretar cuándo llegaría lo inevitable. Mientras tanto, él tendría que seguir cumpliendo con sus obligaciones para con Neoex y El Entramado.
—Estamos en camino —dijo el comandante aparcando los pensamientos filosóficos sobre el destino en uno de sus bancos de memoria—. Mi equipo estará allí en doce minutos.
El holocom se desconectó, aunque él forzó la permanencia de la conexión por voz con las dos hermanas. Cada vez era más frecuente que Xiu Feng hablase con ellas durante el transcurso de las misiones.
—Chia —dijo utilizando la voz informal de su nombre—. ¿Puedes confirmar si Xiu Ling está dentro del grupo de desconectados?
La conexión se interrumpió unos segundos mientras las aeromotos del ERA se desplegaban e iniciaban el vertiginoso trayecto por el túnel aéreo restringido de las fuerzas de seguridad.
—No, Xiu Feng. Entracom sigue situándola en la zona de exclusión de Nueva Shenzhen —hizo una pausa antes de continuar—, pero sigue estando dentro del círculo del Renegado. Si quieres, puedo asignarle dos nanohaes para comprobar que todo esté bien.
—Gracias, no creo que sea necesario —suspiró el comandante—. Mientras esté con Él seguirá encendida.
«O eso espero», pensó antes de desconectar.
Si quieres saber cómo termina…
Este fragmento de relato forma parte de la antología de trece relatos de ciencia ficción Memoria selectiva.
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