Hace ya un tiempo que se desató una polémica innecesaria sobre el orden, el minimalismo y los libros.
Esta polémica, generada por el programa de Marie Kondo, dio la vuelta al mundo e hizo que la frase «30 libros» quedase anclada a su nombre.
Sin embargo, ni esa norma existe, ni la dijo Marie Kondo.
Aunque, teniendo en cuenta que ella misma ya se ha dado cuenta de que su sistema de orden no funciona cuando tienes hijos…
Pero vamos a lo que importa: cuál fue la realidad de la frase de los 30 libros y cómo ser minimalista con tu biblioteca.
Si algo tenemos en casa son libros.
¿Quién es Marie Kondo?
Marie Kondo es uno de los referentes en organización del siglo XXI. Japonesa, nacida a mediados de los 80, esta empresaria se ha hecho de oro al escribir varios manuales sobre cómo organizar y ordenar nuestro hogar.
Millones de copias vendidas en todo el mundo, un método patentado (el método KonMari) en el que mezcla la filosofía propia de su cultura (japonesa), el feng shui y técnicas de coaching motivacional, con serie en Netflix incluida.
Esta mujer te enseña cómo alcanzar el orden y la paz contigo mismo a través de tu casa y tus cosas.
Sus métodos, aunque no parezcan gran cosa, han triunfado porque intenta trasladar tu felicidad espiritual al orden en tu casa.
Algo parecido a lo que aporta el minimalismo a aquellos que somos minimalistas, solo que con más reglas y métodos para alcanzar un mismo fin: vivir con lo que necesitas para ser feliz y no con todo lo que no necesitas.
Los libros de Marie Kondo
Estos son algunos de sus libros más exitosos.
Decenas de miles de reseñas positivas de sus lectores por todo el mundo:
Marie Kondo y los 30 libros
En toda esta vorágine mediática, Marie Kondo se hizo todavía más famosa por una frase que se le atribuye supuestamente dicha en esa serie de Netflix: «Ten menos de 30 libros».
La realidad es que Marie Kondo nunca dijo esa ni ninguna otra frase parecida.
Para empezar, porque Marie Kondo nunca obliga a nadie a hacer nada. Les sugiere, les propone, te propone (en sus libros), pero nunca dice que debas hacer nada.
Y un poco más allá, ella misma dijo que intentaba no tener más de 30 libros a la vez, no que tú tengas que tener los mismos.
Es algo que deja claro que va rotando los libros que tiene en casa para ceñirse al número, pero que los títulos pueden cambiar a lo largo del tiempo. Los lee, los disfruta, y se deshace de ellos (donándolos, regalándolos…).
Pero, además de esa regla taxativa de 30 libros (que como digo no existe), Marie siempre antepone la felicidad a sus decisiones. Dice que elijas los objetos que se quedan contigo en función de lo feliz que te hagan sentir (que básicamente es mirar lo que sea y ver si te dice algo).
¿Eres feliz con 30 libros? ¡Genial!
¿Eres feliz con 3 000 libros? ¡Genial, también!
Ni Marie Kondo ni nadie debe decirte cuántos libros puedes o no tener.
El minimalismo y los 30 libros de Marie Kondo
De igual forma, el minimalismo busca ayudarte a vivir solo con las cosas que necesitas tú, tu ánimo y tu espíritu. Busca reducir el ruido a tu alrededor y evitar que nada superfluo te genere un estrés innecesario.
Esto de ser minimalista no es una doctrina.
Cada uno debe hacer consigo mismo y con su vida lo que considere mejor. Mi intención, y la que debería tener todo divulgador sobre el minimalismo, es contarte mi experiencia para que extraigas lo que encuentres más útil y práctico y lo apliques a tu vida.
Por eso nunca te diré que debes tener 30 libros, 2 pantalones o 10 camisetas. Porque los números no son lo importante.
Así que, ¿qué es lo importante en este caso?
El minimalismo y los libros
Lo único importante que tienes que tener en mente al mirar tu biblioteca es el estrés que te causa.
Ni más, ni menos.
¿Te gusta tener la biblioteca abarrotada de libros? ¿Con libros en dos y tres hileras distintas? ¿Apilando libros unos encima de otros? Si esa visión te transmite calma, paz y satisfacción, ¿para qué vas a hacer nada?
En cambio, si mirar tu biblioteca, con esas mismas características, te genera desasosiego y piensas que debería estar de otra forma, entonces sí necesitas cambiar tu librería.
Yo hice esto hace muchos, muchos años y decidí lo siguiente:
- Mis libros están siempre en una única fila.
- Nunca libros apilados.
- Nunca libros en varias filas.
- Todos los cantos a la vista.
Esas reglas, por supuesto, son flexibles y no impiden que, a día de hoy, deba volver a retocar mi librería. Y eso que es algo que hago casi cada año.
Eso sí, intentaré reorganizarlo todo para que sigan ocupando el mismo espacio sin tener que deshacerme de ningún libro. Porque no sé cuántos libros tendré, pero sí sé que tengo más de 2 000 volúmenes en casa y no me considero peor minimalista por tenerlos.
Trucos para reducir la cantidad de libros físicos
Lo que también es importante, además de organizar y reducir la cantidad de libros físicos que tenemos hoy en día, es el hecho de no adquirir demasiados libros nuevos.
Esto, para los que somos amantes de la literatura, puede suponer un verdadero reto. Así que déjame que te cuente cómo lo hago yo.
1. ¿Hay versión digital disponible?
La pregunta puede parecer absurda, pero no todos los libros tienen eBook (ni todos los eBook tienen libro físico).
Cuando miramos un catálogo de libros clásicos, a veces es imposible encontrar una versión descargable del texto. Por eso, lo primero que hay que hacer antes de comprar un libro es asegurarse de qué formatos hay disponibles.
Y sí, de qué precio cuesta cada uno, pero eso es otro tema.
2. ¿Me lo pueden prestar?
Lo siguiente que hago es buscar en las bibliotecas de mis amigos. Si el libro no supone nada especial para mí, si es solo una lectura más, pregunto a ver si alguien lo tiene.
Si me lo pueden dejar… ¡genial! Un libro menos en la librería.
3. ¿Tengo algún libro físico de la saga?
Otro de los problemas que surgen con los libros, es que muchos vienen en sagas de varios volúmenes. La fantasía, la ciencia ficción, los thrillers, la novela negra… cada vez es más típico que las novelas se conviertan en trilogías y las trilogías en sagas.
Mi criterio para elegir si compro un libro físico o un libro digital empieza por ver si ya tengo algún ejemplar de la serie en formato físico. Si es así…
Si no, seguimos con la lista.
4. ¿Tengo más hueco para este tipo de libros?
Mi biblioteca está dividida por géneros. Cada cierto tiempo quito libros de un género para expandir otro (principalmente fantasía y ciencia ficción), pero el espacio global es bastante reducido.
Si compro un nuevo libro físico, tengo que asegurarme de que esa sección de la librería no está abarrotada.
De hecho, en contra de lo que puedas pensar, mis libros nunca se agolpan en los géneros que me gustan. Al contrario, esas secciones siempre están bien ordenadas.
Cada vez que compro un libro nuevo, desplazo los libros que menos me gustan a cubos de la parte baja de mi librería. Y es de ahí desde donde me deshago de los que ya no necesito.
5. ¿Me lo van a firmar?
Aunque confieso que tengo un cuaderno para las dedicatorias de aquellos libros que leo en digital, me gusta tener los libros firmados. Sobre todo si conozco al autor, me lo presentan en alguna convención o ya he leído muchas cosas suyas.
Por eso, si ya tengo algún ejemplar firmado de ese autor, no suelo comprar más libros físicos suyos.
Y para terminar…
6. ¿Me apasiona?
Hay editoriales, diseñadores de portada y escritores especiales. Si alguno de ellos me apasiona, si sé que es un libro sin el que no puedo vivir, entonces nada de lo anterior aplica.
Si veo esa clase de libros, de ediciones especiales o lo que sea, no hay minimalismo que evite que compre.
Eso sí, con los años he refinado mucho qué libros entran en esta categoría. Estamos hablando de menos de 10 libros físicos al año.
¿Qué hacer con los libros que ya tenemos y no necesitamos?
Una vez que tenemos claro que necesitamos organizar nuestra biblioteca, existen diversas maneras en las que nos podemos deshacer de los libros que ya no queremos.
Tengo que resaltar que, como buen minimalista, esto nunca significará empaquetarlos en cajas y trasladar el problema a otro lugar (llámalo trastero, llámalo armario, llámalo…). Por eso estas son algunas de las alternativas que suelo utilizar para que otros puedan aprovechar esos libros que ya no me interesan.
A. Regalarlos
Lo primero que puedes hacer es regalar tus libros. Seguro que conoces a alguien a quien le gustará tenerlos.
Está claro que esto no sirve para grandes cantidades de volúmenes, pero servirá para deshacerte de aquellos que, aunque siguen siendo especiales, ya no tienen cabida en tu biblioteca.
B. Donarlos
Colegios, bibliotecas, asociaciones… hay muchísimas organizaciones que aceptan donativos en formas literarias. Así, además de estar minimalizando tu casa, estarás contribuyendo a la felicidad de otras personas.
C. Venderlos
Por último, siempre tendrás la opción de vender esos libros que te sobran. Existen multitud de páginas web que te permiten hacerlo por ti mismo (como Iberlibro, eBay, Amazon) y también existe una opción offline: las tiendas de segunda mano.
En cualquier feria literaria y en cualquier ciudad existen tiendas especializadas en libros de segunda mano. Por un precio justo te podrás quitar de encima casi todos los libros que te sobren.
En resumen
Ni Marie Kondo dice que tengas que tener menos de 30 libros, ni el minimalismo debería obligarte a tenerlos.
Sé feliz, ten la biblioteca que quieras tener (pero asegúrate de que es la que quieres, no la que la dejadez te ha hecho tener) y disfruta de tus libros.
Eso sí, también deberás aprender a no comprar todo lo que pase por delante de tus narices y a desprenderte de aquellos libros que ya no te dicen nada.
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