Hay días que empiezan como otro cualquiera, avanzan dando tumbos y, de pronto, terminan con tu libro vendiendo cientos de copias. Hoy quiero contarte la historia de un día como esos junto con las tres lecciones que he aprendido. Eso sí, quiero que tengas muy en cuenta que esta no es una historia sobre cómo convertirte en el número 1 (bueno, sí, pero tú no tendrás el control para hacerlo así que…) sino que es la historia de cómo un día de m***** se convirtió en el día que fui número 1 de Amazon para las categorías de ficción especulativa.
Aunque antes de empezar a contarte esta curiosa, divertida y maravillosa historia tengo que dar las gracias a todos los que me han apoyado, me apoyan y sé que me seguirán apoyando. Sin todos vosotros nada de esto sería posible.
El día que fui número 1 en Amazon sin darme cuenta
Como decía, todo empezó cuando me llamó mi editora para decirme que la impresión de mi libro se iba a retrasar por sobrecarga de trabajo en la imprenta.
Teniendo en cuenta que hace más de un año que firmé el contrato, que el manuscrito está listo desde este verano y que la fecha original iba a ser noviembre…
Os imagináis mi decepción y la sensación de que me habían estafado.
Así que, después de su llamada, quedó claro que no habría ejemplares para el día de la presentación pre-navideña y que, por tanto, habría que posponerla hasta enero…
Cualquiera que haya trabajado en retail, producción, facturación…, o en cualquier empresa o negocio que venda algo de carácter estacional, sabrá que perder la campaña de Navidad (o la de verano) puede marcar la diferencia entre un cierre de año negativo o positivo. Así que el día no prometía nada bueno.
Fue poco después de colgar cuando, con una intención 100% procrastinadora, se me ocurrió entrar en Twitter. Ya sabes, para pasar un poco el rato sin sentir que estoy tirando mi tiempo, y me encontré con un tuit como este:
Mi primer pensamiento fue… ¡qué simpático es David Gómez! No lo conozco, no le sigo, no me sigue, nunca hemos hablado… ¡y justo hoy le apetece compartir mi libro! Todavía quedan caballeros telepáticos cuya sensibilidad está en sintonía con la mía…
Esto… espera un momento. ¿Hoy? ¿1 de diciembre? ¿Oferta? ¿No tenía yo programada una oferta para el día 12? Oh, mierda… No será que…
Lección primera: Amazon y sus fechas en formato americano
Pues sí amigos míos. Ese fue el error de novato del día y su primera lección importante es la siguiente:
Amazon envía las fechas de sus correos en un perfecto y magnífico formato americano.
Y esto quiere decir que, si en su flamante correo de inclusión de tu libro en su lista de ofertas ponen 12/1/2016, no están hablando del 12 de enero, sino del 1 de diciembre.
Vale, sí, pensarás que soy un poco idiota por no haber caído en que no tenía sentido que pusiera enero en el correo. Cierto, pero… ¿crees acaso que leí más allá del primer número? En mi mente la primera cifra era la importante. Y mi mente tiende una tendencia natural a presuponer y a discriminar (con mucha eficiencia por norma general, también hay que decirlo) toda la información irrelevante de un texto para quedarse solo con lo importante. Muchas veces es una ventaja, pero otras… como esta, o como la mitad de los exámenes que suspendí durante la carrera… suele ser un problema.
Así que, después de leer 12 programé mis anuncios, mis tuits, mi post promocional, mi newsletter y todo lo que os podáis imaginar para decirle al mundo: ¡Eh! ¡Mundo! El día 12 de diciembre mi libro será todavía más barato que antes!
Gran cagada, aunque todo tuvo un final feliz. Espero que me puedas perdonar el spoiler…
Lección segunda: Amazon vende lo que Amazon quiere vender
O, lo que es lo mismo, los clientes compran lo que Amazon promociona.
Vale, esta es una lección un tanto engañosa. Hay autores y autores. Yo puedo hablar del día que fui número 1 en Amazon, pero J.K. Rowling, Andy Weir y el resto de autores de renombre que conforman el top 10 de manera habitual pueden hablar de los meses que fui número 1 en Amazon. Es una cuestión de perspectiva y de volumen. Sin embargo, para mí y para el resto de escritores que estamos empezando, ser número 1 en Amazon durante un día ya es todo un hito.
El caso es que si Amazon te ubica en su portada, te incluye en su newsletter o te promociona de algún modo, la facilidad que tienes para hacerte un hueco entre los más vendidos de ese día se multiplica por un número muy alto y con muchos ceros… algo que, desde una perspectiva de pequeño empresario equivale a decir que multiplica por infinito. Mucho más que cualquier reseña, artículo o entrevista de éxito que os hagan.
En mi caso, para cuando me di cuenta de mi gran error con las fechas, ya habían pasado varias horas desde el inicio de la oferta en sí sin que yo hiciera nada al respecto. Es decir, que nadie de mi entorno cercano (de amigos, lectores y clientes potenciales) se había enterado todavía de la reducción de precio de mi libro de relatos. En consecuencia nadie había podido hacerme el enorme favor de distribuir el anuncio de esa oferta. Y fue entonces, nada más reprogramar mis mensajes en las redes sociales, cuando dije vamos a ver qué tal se está portando la oferta.
Dicho y hecho, entré en la herramienta de control de ventas de Kindle y me encontré con la primera sorpresa.
Un libro de relatos tiene una vida algo escasa: no es un formato que se compre mucho. Se compran menos aun cuando mezclas demasiados géneros en él y no lo concentras en un único género (el mío abarca los tres grandes de la ficción especulativa: Terror, Fantasía y Ciencia Ficción). Y se compran menos todavía si el nombre del autor te suena a chino. Vale, David no suena a chino, pero a David Oier lo conocen en su casa, en su barrio y en cuatro sitios más.
Así que el desconocido David Olier esperaba encontrar un par de decenas de ventas y estaba dispuesto a alegrarme enormemente por todas ellas.
Cuando vi que el número real de las ventas llegaba a casi un centenar de unidades vendidas en una mañana… no me lo podía creer. Y eso que mi día todavía no se había convertido en el día en que fui número 1 en Amazon, pero ya estaba camino de convertirse en él.
Situación del libro 1.0: entrando en las listas
A las cuatro de la tarde, poco tiempo después de haberme dado cuenta de mi error con la oferta de Amazon, entré a mirar mi posición en la lista general de los más vendidos de Amazon Kindle y en la lista particular de ciencia ficción, fantasía y terror. En las listas de pago, no en las gratuitas.
Con solo unas horas de éxito descontrolado por mi parte, la situación ya era increíble:
Puesto 58 de la lista de los más vendidos (de pago) de Amazon Kindle y…
¡Puesto 6 de la lista de los más vendidos (de pago) de ficción especulativa! Por delante de El Marciano de Andy Weir y por detrás de Harry Potter y la piedra filosofal de J.K. Rowling.
¿Increíble? Sí, pero como ya habrás podido determinar por el título del artículo (El día que fui número 1 en Amazon sin darme cuenta) todavía tenía que subir unos cuantos puestos más.
Lección tercera: si algo se vende bien, lo hará de manera exponencial
En ese punto, con mis seguidores avisados, retuits, tuits, mensajes de Facebook y, lo más importante, apareciendo en la cabecera de las listas de más vendidos de Amazon, las ventas se dispararon.
No hay mejor publicidad que la que Amazon te proporciona de manera orgánica. Porque… si sale en portada y en el top 10 de ventas… no puede ser malo, ¿verdad? Aunque eso, en mi caso, tendréis que juzgarlo vosotros mismos. Yo soy su autor y soy mi crítico más devastador, así que no puedo deciros que sea lo mejor que leeréis en vuestras vidas, pero sí que os diré que no creo que sea malo.
Pero a lo que vamos es a que el algoritmo de Amazon (incluyendo su propia publicidad) funciona así:
Amazon te publicita >> te compran >> como te compran, Amazon te recomienda (todavía más) >> te compran más >> apareces en el top 100 >> te compran todavía más.
La verdad, estoy pensando en contraer nupcias con su algoritmo. O con alguien que pueda controlar el algoritmo. Igual así consigo que me promocionen durante un día cada mes.
Situación del libro 2.0: número 1 en Amazon
Y ahora sí, a las 19:44, mi día por fin se convirtió en el día en que fui número 1 en Amazon sin comerlo ni beberlo. Aunque, como ya te habrás dado cuenta, el se convirtió es un eufemismo de Amazon consiguió convertir.
Porque a esa hora mi posición en la lista de los más vendidos de ciencia ficción, fantasía y terror era, ahora sí, la del número 1:
Pero no solo eso, sino que también me colé en la primera página de los más vendidos, llegando a la posición 18:
Eso sí, me veo en la obligación de remarcar que ni siquiera con un día así se puede decir que haya ingresado mucho dinero. Ten en cuenta que la oferta era de 0,99€ por ejemplar y que, cuando el importe del libro baja de los 2,99€ Amazon te paga un 30% de lo que ingresas. Una cuenta muy sencilla: 1 libro = 0,3 €; 100 libros = 30 €. No te vayas a pensar que desde el 1 de diciembre soy millonario y voy a empezar a tirar la casa por la ventana…
En resumen
Gracias a todos los que me leéis. Más gracias aún para los que, además, me compartís. Todavía más gracias para los que dejan sus comentarios aquí, en Amazon, en Goodreads o en cualquier otra plataforma. Y todas las gracias del mundo para los que hacéis todo eso y además habéis decidido gastaros un par de euritos en comprar mi primer libro de relatos.
El día que fui número 1 en Amazon no sería nada sin vosotros. Bueno, siendo honestos, sin vosotros ni sin la selección de Amazon para formar parte de sus ofertas.
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