Hoy vengo a hablarte de un episodio que me ha perseguido durante el último año y medio y del que no estoy nada orgulloso. Una situación en la que me avergüenza haber caído pero que creo que tú y todos los que leen mi blog deberíais conocer: mi caída en el timo de la coedición de manos de una editorial llamada Mundi Book. Coedición del libro La Imaginación También Muerde que, como sabrás, autopubliqué hace un año en versión Kindle. El cómo y el por qué te lo contaré en otro momento.
Y antes de que nadie me salte a la yugular debo explicarte que llamo timo a la coedición con todas las letras, aferrándome a la definición literal de la palabra (timar): 2. tr. Engañar a alguien con promesas o esperanzas. Porque, como verás más adelante, incumplieron casi todas sus promesas, no hicieron bien su trabajo (o directamente no lo hicieron).
También quiero resaltar que la gente de Mundi Book son unos ladrones que, tras haber rescindido mi contrato de manera legal y haberles hecho llegar los escritos pertinentes, no me han devuelto mi dinero. Así que esta mal llamada coedición, cuyo único objetivo es robarnos a los autores para incumplir toda la parte que da buen nombre a la profesión del editor, no es más que otro medio para estafar a la gente jugando con sus esperanzas.
Y sí, lo has deducido bien, estoy cabreado e indignado tanto con ellos como conmigo mismo por haber caído en la trampa. Espero que puedas separar el grano de la paja en este artículo. Porque espero darte cinco buenos consejos para que tú, el día de mañana, no caigas presa de estas editoriales pirata. De estas editoriales de coedición.
Todo bien engalanado con un poco de prosa furiosa y de señales de alarma.
Pero antes…
De coedición y Mundi Book
Una editorial de coedición, por definición, es aquella en la que, dicho mal y pronto, la edición la pagan a medias entre editorial y autor.
Esa sería una explicación fácil y sencilla.
La realidad es que el modelo de negocio de una editorial de este tipo es: consigue que muchos autores te paguen mucho.
No nos engañemos, el dinero de las editoriales de coedición lo obtienen de nosotros y de la pre-compra de ejemplares de las grandes superficies, no de vender nuestros libros.
¿Cómo?
Muy sencillo: no gastando ni un centavo en servicios editoriales ni promoción. Correcciones inexistentes, portadas cutres hechas que cualquiera de nosotros haría mejor, maquetaciones en cadena y sin pulir, una presentación sin coste (o inexistente) y dos artículos en vete tú a saber dónde.
Y aquí es donde entra en juego de la coedición de Mundi Book.
Tengo que dejar claro de antemano que siempre se anunciaron como editorial de coedición.
El contrato que firmamos especificaba que era de coedición y en mis conversaciones con ellos siempre estuvo presente el pago de la mitad del coste de edición de mi libro como parte de esa coedición. Así que siempre supe a qué me enfrentaba y lo hice todo con plena consciencia.
Entonces… David, ¿por qué vas a quejarte si sabías lo que eran?
Por la manera en la que llevaron todo a cabo. Por lo que prometían en el contrato y por lo que realmente hicieron.
Respuesta rápida… hasta el primer pago
Todas las comunicaciones verbales y no verbales con Mundi Book funcionaron de cine durante el primer mes. Firmé un contrato, envié la primera parte del pago y recibí un esquema de tiempos bajo los cuáles íbamos a trabajar.
O más bien debería decir, iban a trabajar. Porque la parte más pesada del trabajo de edición (la que deberían haber hecho) se la llevaba la empresa de coedición.
Hablamos de 2015, hablamos de que el objetivo era publicar y presentar el libro en noviembre/diciembre de ese año. Hablamos de que para septiembre Mundi Book debería haberme enviado las correcciones hechas…
Pero en cuanto hice el segundo pago las cosas empezaron a viajar a ritmo caribeño.
Las correcciones llegan… o no
Si en septiembre de 2015 deberían haber estado las correcciones, en octubre Mundi Book todavía no las tenía empezadas. Me dio tiempo a hacer una corrección propia y en profundidad y a enviárselo a ellos para que lo tuvieran todavía más fácil.
Vaya coedición de mierda en la que es el autor el que tiene que corregir.
En noviembre me escribieron desde la editorial de coedición (léase con bien de odio) para decir que estaba muy bien y que en vez de tres correcciones harían dos. Uhm…. ¿No especificamos tres en el contrato? Venga, da igual, soy un chico comprensivo.
En enero ya empecé a preocuparme. Meses de correos sin respuesta después les pregunté qué pasaba. Porque yo seguía sin recibir nada…
[Mundi Book] Sí, sí, no te preocupes, ahora empezamos.
Y en marzo de 2016 me llegó un correo desde Mundi Book diciendo que mis correcciones ya estaban.
Nota: Recuerda que íbamos a publicar en noviembre/diciembre de 2015…
Corrección de… ¿estilo?
En esos 6, 7 u 8 meses que la editorial de coedición Mundi Book tardó en corregir mi libro me encontré con que las correcciones se habían limitado a:
- Un fallo de concepto con las tildes diacríticas (tú, mí) que yo mismo corregí.
- Alguna coma perdida.
- Un par de errores tipográficos.
Vamos, algo que cualquiera que no fuera yo mismo hubiera visto en… ¿dos o tres horas de trabajo?
Porque, aunque una corrección ortotipográfica cuesta horrores, lo que de verdad hubiera aportado valor y yo hubiera agradecido es una corrección de estilo.
¿Por qué?
Porque eran mis primeros textos serios y profesionales y había errores de expresión a punta pala. Porque… Porque yo mismo la tuve que hacer mientras ellos corregían.
Eso sí, cuando me llegaron las correcciones, Mundi Book, muy amablemente, me recordó que según nuestro contrato tendría un mes para revisarlas y devolvérselas. ¡Claro que sí!
Consejo 1: si tienes la oportunidad incluye en su contrato los mismos plazos que te incluyan ellos a ti. ¿Tienes que pagar en un mes? La empresa de coedición tiene que devolvértelo en un mes. ¿Tienes que revisar la corrección en un mes? Ellos tienen que corregir en un mes. Y así con todo lo que puedas.
Y en paralelo…
La portada la haces tú
No soy diseñador gráfico. Tengo mucha imaginación visual pero no se me dan bien las artes gráficas y, como soy consciente de ello, pido muchos consejos y acepto la opinión de los expertos. Así que sé más o menos lo que quiero pero no sé llevarlo a cabo (ya te lo conté en este artículo sobre cómo diseñar una portada).
Cuando les conté mi idea para la portada, mi editora en Mundi Book me dijo que era muy difícil de llevar a cabo. No sé muy bien dónde radicaba la dificultad de unos dientes, un poco de humo y objetos flotando en el humo… bueno sí, em que no es coger una imagen y aplicar cuatro filtros. Pero acepté su criterio y les dejé hacer.
El caso es que cuando me llegó el primer boceto con el logo de Mundi Book bien visible se me cayó el alma a los pies. Cutre es decir poco. Ni siquiera yo con el paint recortando y pegando objetos sin ton ni son hubiera hecho algo tan desastroso. Tan ridículo. Tan…
Sí, era un boceto pero… wow… vaya miedo de boceto. No esperes que lo publique por aquí… yo no la hice, la hizo Mundi Book, tampoco la acepté, pero siento vergüenza ajena de eso que mis coeditores pretendían usar para vender mis libros.
Porque, ¿querían venderlos? Con esa MIERDA de portada no hubieran vendido ni uno.
Así que mi solución fue hacer mi propia portada, enseñarles una pequeña captura y enviarles la imagen original con la que había trabajado (junto con un documento legal de cesión de derechos de imagen solo para mi portada). ¿Por qué? Para que la edición física y la digital tuvieran algo que ver y para que la portada no fuera la mierda que ellos pretendían.
<Editado 2018> A día de hoy, la portada es diferente. Decidí unificar esta con la de Memoria selectiva y el resultado fue este:
Y sí, después de ver mi boceto, Mundi Book calcó mi portada. ¿Para qué esforzarse? La coedición no busca aportar valor al libro. Busca invertir lo menos posible para quedarse con todo el dinero del autor.
La coedición no busca aportar valor al libro. Busca invertir lo menos posible para quedarse con todo el dinero del autor. Share on XConsejo 2: todo el material propio que le envíes a alguien debe ir acompañado de un documento que detalle de quién son los derechos y para qué das (y no das) permiso. Una firma no hace daño a nadie y puede ahorrarte luego muchos problemas.
Pero bueno, después de sufrir casi un año… Mundi Book ya me había enviado las correcciones y la portada. Porque todo esto sucedió en mayo de 2016.
Recuerda que publicábamos en noviembre de 2015…
Porque…
Hoy no… mañana
Y ahora empieza una serie de muchos meses en los que la dinámica de comunicación con Mundi Book fue siempre la misma. Bueno, casi siempre, ya que su página web desapareció del mapa, su página de Facebook también y tuve serios problemas para contactar con mi editora durante un par de meses.
Qué miedo, ¿verdad?
[Mundi Book] Entonces presentamos la semana <<número a elegir>> del <<mes a elegir>>.
Dos semanas antes…
[Yo] ¿Cuándo lo hacemos? ¿Está todo listo?
Porque, sí, tienes que perseguirles tú. No van a ser ellos los que te busquen a ti para informarte de cómo van las cosas… Que ellos coeditan, tú te encargas de corregir, diseñar, presentar… ¿Entonces qué coño es COEDITAR?
[Mundi Book] Huy… pues no llegamos porque <<excusa a elegir>>. Lo envío la semana que viene a imprimir y presentamos la semana <<número a elegir+1>>, ¿te parece?
Y desde mayo de 2016 navegamos hasta febrero de 2017. Semana tras semana el libro iba y venía a la imprenta, pero nunca estaba impreso. La presentación era mañana, aunque mejor pasado mañana. Siempre había un pero y siempre había otras presentaciones que hacer.
Así completamos los dos años estipulados desde del día de firma del contrato original. Con más de un año de retraso sobre el plan de aquel entonces y sin fecha fija para ponerle fin al proceso.
Plan que, cabe destacar, Mundi Book insistió en cumplir. Yo no les fijé fechas ni les dije para cuándo tenía que estar nada. Fueron ellos los que se lanzaron a la piscina prometiendo.
Y esto no es todo, ya que, como colofón, llegó la última de las promesas rotas. La mayor promesa de todas, aquella por la que terminé de decidir firmar el contrato con Mundi Book allá por 2015…
La gran distribución se cae de la ecuación
El contrato que estaban a punto de cerrar con El Corte Inglés nunca llegó. La Casa del Libro (si bien es cierto que sigue distribuyendo sus libros) está entrando (o eso dicen) en ciertos problemas con Mundi Book… Así que mi miserable tirada de libros no vería la luz con ellos ni tampoco vería una presentación en uno de sus locales (con la consiguiente venta de libros in situ).
Y después de un año de sueños rotos llegó el día de decir basta.
BASTA
Ojalá tú pudieras decir basta a la coedición antes de empezar con ella. pero yo tuve que esperar a que venciera mi contrato para hacerlo.
Dediqué enero a pensar qué era lo que podía hacer yo. Siendo sincero, no era mucho. Así que releí el contrato buscando una cláusula que pudiera servirme de anulación. Cláusula que, curiosamente, tuve la suerte de encontrar (sí, encontrar, porque no se me ocurrió incluirla por mí mismo).
Porque Mundi Book especificó en una de sus cláusulas de coedición que el contrato sería anulable si ellos mismos no habían puesto a la venta el libro antes de 18 meses desde la firma del contrato.
Así que envié un burofax a la dirección de la directora de Mundi Book que constaba en el contrato y llamé a mi «editora» para informarle de mi decisión de rescindir el contrato debido al incumplimiento de las cláusulas que ellos mismos habían fijado.
Sí, volvieron a decirme que la semana X presentamos, mañana enviamos el libro a la imprenta y veinte cosas más pero… ¿no llevaban ya 6 meses imprimiendo mi libro? ¿No habían tenido ya un año y medio para hacer su trabajo?
Finalmente Mundi Book aceptó (no les quedaba otra) mi decisión y los derechos de explotación de mi obra en papel volvieron a mí. Eso sí, solo me devolvieron mi propiedad intelectual.
Porque para terminar con la odisea de coedición con Mundi Book, todo ha terminado con que mi dinero se lo llevaron la ladrona que lo dirigía y sus secuaces.
Y ya sí que los puedo llamar ladrones. Porque estamos en febrero de 2019 y mis correos periódicos para preguntar dónde está mi dinero siguen sin respuesta.
¿Qué debes aprender de todo esto?
Un pequeño resumen de cómo enfrentarte a una «editorial» de coedición y a una editorial cualquiera. Solo que con las primeras deberás tener mucho cuidado.
De hecho, mi primer consejo es que huyas de las editoriales de coedición.
Revisa todo contrato con pelos y señales y consulta con alguien que sepa
No aceptes ninguna cláusula que sea abusiva o te perjudique. Es mejor no firmar que firmar y perder algo de manera irreversible (tus derechos, tu dinero, tu tiempo, tu alma…).
Especifica y detalla quién tiene derecho a qué
Sobre todo si envías más material que el propio libro. Por ejemplo, imágenes propias para inspirar la portada.
Incluye periodos de cumplimiento para las obligaciones de la editorial
Es muy fácil exigir y pedir al autor, pero ellos también tienen que cumplir con su parte. Sobre todo cuando se trata de devolverte el dinero.
Excluye los derechos de explotación digital de tu obra
(Salvo que quieras que también lo hagan ellos). Yo lo hice y, gracias a eso, pude publicar La Imaginación También Muerde en digital mientras sufría por su edición en papel a manos de estos salvajes de la coedición.
Haz todas las comunicaciones importantes por escrito
Nunca por teléfono. Y si es así, envía luego un correo haciendo un resumen de lo acordado.
En definitiva
Puede que yo haya tenido mala suerte con la coedición de Mundi Book, aunque he encontrado muchos testimonios por internet hablando de lo contrario. Aún así podría ser que Mundi Book no fuera una mala editorial de coedición y que yo sea la excepción… Pero lo que es innegable es que debes cubrirte las espaldas antes de firmar un contrato, sobre todo si es de coedición.
Yo, por mi parte, seguiré optando por la autopublicación para mis siguientes obras. Mundi Book me quitó todas las ganas de coeditar.
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