Desde hace ya unos meses, antes de que llegase el confinamiento, he tenido complicado escribir. No solo escribir, sino también cualquier otro tipo de tarea creativa: preparar la siguiente historia, planificarla, esbozarla… Mi tiempo y mis esfuerzos se han tenido que dividir entre el trabajo y mi familia.
Más aún si tenemos en cuenta que en marzo llegó el confinamiento, los niños se vinieron a casa y los médicos se fueron al hospital.
A esta imposibilidad temporal para escribir, se han juntado varios factores adicionales que, aun fuera de este año tan especial, nos persiguen a todos. Echémosles un vistazo.
Como decía, para escribir hace falta tiempo. Y no precisamente poco. Para escribir Mariposas de acero tardé casi dos años en escribirlo y otro más en publicarlo. Horas y horas y horas de trabajo repartidas a lo largo de muchos meses. ¿Quién dispone de tanto tiempo? O, enfocado de otra forma, ¿quién decide dedicar las pocas horas libres que tiene en escribir?
El tiempo es un bien preciado hoy en día. Para un emprendedor autónomo, como soy yo, ese es el bien más preciado. Necesitas tiempo para poder generar ingresos suficientes que me permitan pagar colegios, hipoteca, recibos, impuestos… Necesitas tiempo para cuidar de mi familia, de mis hijos. Y necesitas algo de tiempo para ti.
Además del tiempo, para escribir hace falta fuerza de voluntad. No es lo mismo sentarse un día a imaginarte un mundo y una historia, que sentarte todos los días de los próximos dos años a escribir sobre la misma historia y los mismos personajes. A leer una y otra vez lo mismo buscando la mayor perfección de la que eres capaz.
Esa fuerza de voluntad choca directamente con el punto anterior: el tiempo. Cuanto menos tiempo tienes, cuantas más obligaciones te persiguen, más fuerza de voluntad necesitas para escribir.
También necesitas dinero. No solo dinero para vivir, para pagar tus facturas y tus gastos, sino dinero para conseguir un producto terminado de calidad. Necesitas invertir en tu aprendizaje, necesitas invertir en alguien que evalúe la calidad de tu texto, en alguien que lo corrija, en una buena portada, en…
Sin contar el precio del tiempo que cuesta escribirlo, para conseguir un libro de calidad necesitas invertir bastante dinero. Corregir, ilustrar y maquetar Mariposas de acero costaría, así a ojo, 3.000€ entre edición, corrección, ilustración y maquetación. Yo no pagué tanto, tengo la suerte de conocer varios profesionales que me echaron un cable a cambio de mis servicios como desarrollador web, pero sí que pagué una buena suma.
Por último, para escribir hace falta talento. No un talento que te lleve a la genialidad, como el de algunos de los escritores clásicos más famosos, sino un talento suficiente como para contar historias con cierta calidad. Ese talento, del que muy pocos se atreven a hablar, no se aprende.
De la misma forma que hay gente a la que se le dan bien los números, o tienen una visión espacial increíble, la escritura necesita de ese algo que diferencia a los que intentan escribir de los que lo consiguen.
Todos podemos aprender matemáticas, o ejercitar nuestra visión espacial y llegar a alcanzar ciertas cotas de experiencia y saber hacer. Pero la excelencia, la escritura que cuenta historias y atrapa lectores, como todo en esta vida, es una cualidad que algunos tienen y otros no.
¿Quién escribe? Entendiendo escribir como la capacidad de contar una historia escrita, publicarla y alcanzar cierto grado de reconocimiento por su trabajo.
¿Escribe aquel que quiere? ¿O lo hace aquel que puede? El que tiene tiempo, dinero, fuerza de voluntad y talento.
Al menos este 2020, me temo que no voy a ser escritor. No tengo tiempo, el poco que tengo lo necesito para ganar un dinero que me falta y me falta la voluntad de hacerlo. En cuanto al talento, yo no tengo la potestad de evaluar si lo tengo o no.
Eso solo lo podrán juzgar mis lectores.
Esta web utiliza enlaces de afiliación de Amazon. Cada vez que compras algo a través de ellos, estás apoyando mi trabajo con un pequeño porcentaje de lo que gastes.
¿Por qué NO puedes dejar comentarios?
Te seré sincero: porque no tengo tiempo para contestarlos.
Mi tiempo está dedicado a las personas que me han dado el permiso de escribirles un email todos los días con consejos para ganar dinero por internet y mejorar su calidad de vida, su conciliación.
¿Quieres que hablemos?
Entonces apúntate a ese newsletter que envío cada día y pregúntame lo que quieras en el primer correo que te envíe: